Julia Faustyna, la joven polaca de 21 años que saltó a la fama tras asegurar que podía ser Madeleine McCann, volvió a estar en el centro de la polémica luego de que la policía encontrara "imágenes explícitas" de menores de edad en su teléfono celular.
Según consignó Daily Mail, ocurrió luego de que la encargada de llevar a Faustyna a Estados Unidos, Fia Johansson, llevara voluntariamente el teléfono de la mujer ante la policía de California por una serie de amenazas de muerte que recibió en medio del proceso que buscaba determinar si su identidad correspondía a la de la niña británica desaparecida el 2007 en Portugal.
Una vez entregado el equipo, personal especializado lo sometió a diversos peritajes que determinaron la existencia de varias imágenes explícitas de niños, niñas o adolescentes al interior del equipo.
Ante estas acusaciones, la propia Faustyna dijo a The Sun que "no tenía pornografía infantil en mi teléfono. No soy una pedófila, soy la víctima de uno".
Esta información se da a conocer semanas después de que un examen de ADN determinara que la joven no era Madeleine McCann, algo que según Johansson no se habría tomado de la mejor forma, revelando que "además de eso, sintió que su madre la ignoraba, quién se negó a tomar la prueba de ADN que podría haber detenido todo esto desde el principio y darle el cierre que necesita".