El Gobierno de Israel reanudó en la madrugada de este martes la guerra en Gaza con el mayor ataque desde el inicio de la tregua hace dos meses y que supone la ruptura de facto del alto el fuego, lo que causó la muerte de al menos 322 personas.
Pasadas las dos de la madrugada hora local, la oficina del primer ministro, Benjamín Netanyahu, informó de que había ordenado al Ejército actuar "enérgicamente contra la organización terrorista Hamás en la Franja de Gaza".
La oficina de Netanyahu justificó el ataque a la "reiterada negativa" de Hamás de liberar a los rehenes que siguen en su poder y a que rechazara las propuestas de Estados Unidos de extender la primera fase, en lugar de pasar a la segunda y acabar la guerra, como estaba pactado inicialmente.
Un cuarto de hora después, en otro comunicado, el Ejército afirmó que estaban llevando a cabo "amplios ataques contra objetivos terroristas pertenecientes a la organización terrorista Hamás en la Franja de Gaza".
Los bombardeos dirigidos a numerosos puntos del enclave, impactaron, entre otros, escuelas que albergaban refugiados y zonas humanitarias, causando víctimas en Jan Yunis, en el sur de Gaza; así como en Nuseirat y Al-Bureij, en el centro; y en Jabalia y Ciudad de Gaza, en el norte, según las informaciones e imágenes reportadas por medios palestinos.
La cifra de muertos, de acuerdo con la información de estos medios, citando el Gobierno de Gaza, superan los 322, que incluyen bebés, niños y mujeres.
El cuerpo de Defensa Civil del enclave indicó que sus trabajadores tenían dificultades para operar en el sector, debido a que múltiples puntos fueron atacados simultáneamente.
Coincidiendo con la operación, el Ejército israelí anunció un cambio en las medidas de seguridad en las zonas fronterizas israelíes cercanas a la Franja de Gaza, pasando de "completa actividad" a "actividad limitada", lo que implica la suspensión de actividades escolares.