El régimen de Irán llevaba semanas prometiendo un "castigo" contra Israel en respuesta al ataque del 1 de abril contra el Consulado iraní en Damasco y finalmente ha cumplido sus amenazas a última hora del sábado, con una acción masiva con drones y misiles que no tiene precedentes y que eleva al máximo la tensión entre estos dos históricos enemigos, polos opuestos de un Oriente Próximo que lleva meses en guardia.
Las autoridades israelíes llevaban tiempo preparándose ante lo que parecía inevitable y ya antes de que se confirmase el ataque suspendió clases y limitó el derecho de reunión. Poco después, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron que el ataque había comenzado, hablando ya desde un inicio de "decenas" de drones, si bien la Guardia Revolucionaria matizó después para incluir también misiles entre los proyectiles lanzados --la prensa oficial habla incluso de misiles balísticos--.
El portavoz del Ejército de Israel, Daniel Hagari, ha confirmado que, en total, han sido más de 200 proyectiles, si bien la mayoría de ellos habrían sido interceptados fuera de territorio israelí. En una de estas interceptaciones ha resultado herida una niña, alcanzada por metralla en una comunidad beduina cerca de Arad, en el este, según el servicio de ambulancias Magen David Adom.
Hagari también ha notificado daños en una base militar del sur de Israel, aunque ha afirmado que no revisten gravedad. Las agencias oficiales iraníes han hecho especial hincapié en los impactos sobre estas instalaciones, incidiendo en que sirvieron como base para lanzar el bombardeo contra el Consulado, si bien las imágenes más difundidas en estos medios han sido las de los proyectiles sobrevolando algunos de los lugares más emblemáticos de Jerusalén.
HABRÁ RESPUESTA
El Gobierno de Irán ha apelado a su derecho a la autodefensa para justificar la acción y su delegación ante la ONU ha llegado a decir que, por ellos, este cruce de ataques puede darse por "concluido", en un llamamiento velado a Israel para que se abstenga de una contrarréplica.
Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ya salió al paso de cualquier especulación nada más producirse los lanzamientos de drones y misiles para señalar, por un lado, que Israel es "fuerte" y se había estado "preparando" para el "ataque directo" y, por otro, que no se quedará de brazos cruzados.
"He fijado un principio claro: quien quiera que nos haga daño, le haremos daño. Vamos a defendernos de cualquier amenaza y vamos a hacerlo con calma y determinación", ha advertido Netanyahu, que ha reunido al gabinete de guerra para estudiar cuál puede ser esta respuesta.
EL PAPEL DE EEUU
El principal valedor internacional de Israel, Estados Unidos, ha vuelto a salir en su defensa, tanto política como militarmente. El presidente estadounidense, Joe Biden, se movilizó nada más conocer la noticia y convocó a su principal equipo de seguridad en la Casa Blanca, para dejar claro que el apoyo a Israel es "férreo", independientemente de las discrepancias de estos últimos meses.
De hecho, las fuerzas norteamericanas han participado de manera directa en el derribo de algunos de los proyectiles iraníes, tal como ha confirmado el propio Biden tras hablar por teléfono con Netanyahu. Según el mandatario norteamericano, la colaboración entre los dos países ha permitido que fuesen derribados "casi todos" los drones y misiles, si bien ha puesto en valor la fortaleza de la defensa de Israel por sí sola.
"Aunque hoy no hemos visto ataques contra nuestras fuerzas o instalaciones, seguiremos vigilantes ante cualquier amenaza y no dudaremos en tomar las acciones que sean necesarias para proteger a nuestra gente", ha advertido también el inquilino de la Casa Blanca, sin aludir a la hipotética respuesta israelí.
Reino Unido también ha confirmado una movilización de sus equipos "en respuesta a la escalada en la región y en colaboración con los aliados". El ministro de Defensa británico, Grant Shaps, ha anunciado el despliegue de más aviones militares en la zona, dispuestos a "interceptar ataques aéreos dentro del ámbito de las misiones" ya en vigor, destinadas principalmente a contener el terrorismo en Irak y Siria.
Todo ello pese a que desde Teherán se han sucedido los mensajes de aviso contra los países que puedan salir en estas horas clave al auxilio de Israel, por ejemplo facilitando su espacio aéreo o el uso de su territorio para lanzar algún tipo de ataque contra Irán. La Guardia Revolucionaria iraní ha señalado directamente a Estados Unidos, país al que ha llamado en una nota a no inmiscuirse o a atenerse a una respuesta "contundente".
MOVILIZACIÓN DIPLOMÁTICA
En la región, países como Jordania, Irak y Líbano han optado por cerrar su espacio aéreo por precaución, al tiempo que han mirado de reojo el comportamiento de otros socios de Irán. Hezbolá, presente en Líbano, ha lanzado decenas de cohetes Katyusha contra el norte de Israel coincidiendo con el ataque iraní, aunque no ha vinculado ambos hechos en su comunicado, recogido por la cadena Al Manar.
Pocos países parecen en cualquier caso dispuestos a dar el paso de Estados Unidos y salir militarmente en auxilio de Israel, pero en lo que sí coinciden todos, tanto en Oriente Próximo como en otras partes del mundo, es en la preocupación común ante una escalada de horizonte incierto, más aún cuando Netanyahu ha sugerido que las espadas siguen en alto.
Líderes occidentales como el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el primer ministro británico, Rishi Sunak, o el canciller de Alemania, Olaf Scholz, han condenado de manera clara el ataque iraní, al tiempo que han llamado a la contención general. El secretario general de la ONU, António Guterres, se ha mostrado "profundamente alarmado" por el riesgo, "muy real", de que haya un "devastador" aumento de las tensiones en todo Oriente Próximo, por lo que ha pedido un cese "inmediato" de las hostilidades.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas celebrará este domingo una reunión de emergencia solicitada por Israel y, según ha anunciado Biden, los líderes del G7 también tendrán un encuentro en busca de una "respuesta diplomática unida" ante el último desafío del régimen de los ayatolás.