El doble crimen de Alejandra Párraga y su hijo Amir, de 2 años de edad, sigue generando conmoción en Argentina, luego de conocerse que el asesino de ambos está estudiando derecho en la Universidad Católica de la provincia de Santa.
Se trata de Gaspar Cinco, quien mató a la mujer y al niño, quienes en ese entonces eran su pareja e hijastro respectivamente, doble homicidio por el que fue condenado a cadena perpetua en 2018.
Los antecedentes del caso establecen que el hombre envenenó a ambas víctimas con cianuro, asegurándoles de que se trataba de "agua bendita".
En conversación con el medio trasandino TN, el padre y abuelo de las personas asesinadas, Alejandro Párraga, manifestó que el crimen fue motivado porque Gaspar consideraba que su hijastro era un "estorbo", pues "él quería estar sólo con mi hija".
El crimen se remonta al 5 de junio de 2017, cuando la pareja debió cancelar sus planes debido a que Amir se encontraba enfermo. El asesino aprovechó esto para deshacerse del niño.
El sujeto le ofreció a la mujer una botella afirmando que contenía "agua bendita" y que aquello lo ayudaría a mejorarse. Sin embargo, el autor del homicidio no contó con que su pareja también tomaría de la botella. Minutos después, ambos estaban convulsionando.
"Me mandé una cagada grande"
Inicialmente, las muertes de Alejandra y su hija fueron consideradas como una "intoxicación accidental", razón por la que no hubo sospechas de que Gaspar estuviese detrás del deceso.
No obstante, el testimonio de una amiga del asesino fue clave, puesto que la joven declaró que el hombre le había confesado el crimen.
"Me mandé una cagada grande", le dijo a través de un mensaje de texto. Como en una escena cinematográfica, la policía irrumpió en pleno velatorio de las víctimas para detener a Cinco.