Una brutal golpiza terminó con la muerte de un niño de 5 años, hecho ocurrido en Quilmes, Argentina, donde el padrastro arremetió contra el pequeño con una muleta, razón por la que fue condenado a cadena perpetua.
El fallo del tribunal se determinó luego de que se calificara de que Esteban Portillo, un hombre de 32 años, cometió el delito de “homicidio agravado por alevosía”.
El hecho ocurrió en 2017, en Quilmes Oeste, dentro de la casa en la que vivían junto a la madre del infante, sin embargo, justamente en ese momento, la progenitora no se encontraba.
Fue en aquel lugar donde, se aprovechó de la "indefensión de su hijastro" y lo golpeó con una muleta, ocasionando heridas de gravedad en la cabeza y el abdomen.
De acuerdo con los antecedentes, los elementos utilizados para el asesinato pertenecen al mismo hombre, quien padece de una discapacidad motriz.
El cuerpo del niño fue encontrado por su tío, quien pidió ayuda a sus vecinos. El auxilio fue inmediato, siendo trasladado hasta la clínica, pero los intentos por reanimarlo no fueron suficientes.
“Estaba imperturbable, como si no hubiera pasado nada”, declaró un testigo.
El caso estuvo bajo investigación, la cual determinó que el responsable debía cumplir la pena máxima.