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Elección histórica y con incertidumbre: Argentina define a su próximo presidente entre Milei y Massa

La cita de este domingo está marcada por la sorpresa que supusieron los resultados de la primera vuelta electoral, en la que los vaticinios de un Milei vencedor -al igual que en las primarias de agosto- saltaron por los aires cuando Massa logró sacarle casi siete puntos porcentuales.

Agencia Aton

24 Horas

Domingo 19 de noviembre de 2023

Este domingo, más de 35 millones de argentinos están convocados a votar en una segunda vuelta presidencial, marcada por la incertidumbre, entre el oficialista Sergio Massa y el aspirante de la ultraderecha Javier Milei.

De acuerdo a los últimos sondeos, ambos candidatos están separados por solo unos puntos de diferencia y en Argentina existe un clima enardecido por el antagonismo de ambas opciones y las acusaciones de la oposición alertando de fraude electoral.



Es así como en las últimas encuestas recopiladas por el diario 'La Nación', Milei sale como vencedor en seis de ellas, por las cuatro que hablan de un triunfo este domingo 19 de Massa. Dicho estudio también refleja una media de un 2,9 por ciento de voto en blanco y un 2,5 por ciento de indecisos.

Para cerrar la campaña ambos volvieron a mostrar sus diferencias de estilo. Milei, acompañado por la candidata de la derecha tradicional en primera vuelta, Patricia Bullrich, se dio un baño de multitudes en Córdoba -provincia clave para sus aspiraciones-, donde algunos de sus acólitos sacaron la motosierra a pasear, mientras que Massa optó por algo mucho más discreto, reuniéndose con grupos empresariales y estudiantes en un colegio público de Buenos Aires.



El cierre de campaña estuvo marcado también por los ataques que la coalición de Milei dirigió contra el sistema electoral argentino, lanzado unas infundadas sospechas sobre un fraude electoral, que recuerdan a las de algunos de sus homólogos en la región, como el expresidente brasileño Jair Bolsonaro.


¿Quiénes son Massa y Millei?


Abanderado de los denominados libertarios, Milei centró la campaña en señalar a la política tradicional y a su clase dirigente, a la que define como casta, como principales responsables de los males de Argentina. Sin embargo, el apoyo de Patricia Bullrich tras la primera ronda provocó que haya rebajado el tono.

En materia social Milei no deja espacio a la duda y ya dejó claro, a veces con más histrionismo del que se le presupone a un líder político, que si de él dependiera reduciría el papel del Estado hasta el punto de justificar votar en contra de una ley que detecta cardiopatías congénitas en los bebés antes de nacer porque supondría más gasto público.


"Yo soy liberal libertario, filosóficamente, soy anarquista de mercado", dijo en una ocasión. Se ha mostrado contrario al aborto, incluso si el embarazo viene de una violación, pero sí le parece buena idea crear un mercado para promover la compraventa de órganos. Defiende dolarizar la economía y cuestionó la cifra oficial de 30.000 desaparecidos durante la última dictadura.

Una de sus últimas polémicas fue su defensa durante el debate del domingo de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, por quien siempre ha sentido una gran afinidad y a quien calificó de "gran líder", lo que provocó el rechazo, por ejemplo, de colectivos de veteranos de la guerra de las Malvinas.

Por su parte, Massa estuvo lidiando con la paradoja que supone ser responsable de las finanzas de un país que pasa por uno de sus peores momentos económicos y candidato de la fuerza que aspira a estar otros cuatro años en el poder, apelando de nuevo de manera particular a la clase trabajadora, sector al que acude tradicionalmente el peronismo para lograr conseguir votos.

Disputa por los votos de terceros



Así, en esta segunda vuelta está por ver también cómo influirá la movilización por rechazo que suscitan uno y otro candidato y por quién se decantará el 23 por ciento que votó en primera ronda por Patricia Bullrich, quien al anunciar su apoyo a Milei desencadenó una ruptura con algunos partidos que formaban la coalición Juntos por el Cambio, los cuales se declararon neutrales, así del resto de fuerzas.



La Unión por la Patria de Sergio Massa logró más de 9,6 millones de votos en primera ronda gracias en parte a su gran resultado en la provincia de Buenos Aires, una de las regiones con mayor población y cuya suma superó a los resultados conjuntos de Bullrich y Milei.

El peronismo mantuvo su hegemonía electoral, pero perdió apoyo con respecto a las anteriores elecciones, siendo aquellas partes del país con menores rentas su principal caladero de votos, mientras que los 8 millones de votos que logró La Libertad Avanza del ultraderechista Milei fueron más transversales.

Sea quien sea quien logré mudarse a Casa Rosada, deberá lidiar con la enésima crisis financiera de un país cuya inflación se prevé vuelva a superar máximos históricos y en medio de una fuerte polarización fruto de la irrupción de esa tercera vía ultraliberal y conservadora que representa Milei.

En Argentina, el voto es obligatorio, salvo excepciones contempladas por la ley y que debe en cualquier caso justificar el elector. No acudir implica multa y, en caso de impago, la inhabilitación para realizar gestiones ante los organismos oficiales durante todo un año.