Su nombre era Magalí Noelia Gómez, una mujer que fue asesinada hace dos años por su pareja, Agustín Pérez, con quien había formado una familia, incluyendo a su hija de tan sólo 4 años.
Un caso que, a pesar de haber determinado que el culpable fue Pérez, aún no es detenido ni mucho menos juzgado.
Caso Magalí Gómez: femicidio en Argentina
Este hecho ocurrió el 11 de octubre de 2021, momentos antes de que Magalí saliera a trabajar. En la instancia, ambos habrían tenido una discusión que culminó con el estrangulamiento de la mujer y posteriormente, su cuerpo en una zanja.
Fue un par de horas más tarde que el cadáver fue reportado por desconocidos que llamaron a la policía.
Tras el descubrimiento de la víctima, se hallaron sus pertenencias, mientras que la autopsia reveló que había muerto por asfixia.
El responsable sólo fingió sorpresa luego de la noticia de la muerte. De acuerdo con Gisela, la hermana de Magalí, “llegó llorando, como que no podía creer que estaba muerta. Su nivel de psicopatía es impresionante".
El hombre fue detenido inmediatamente como sospechoso, donde el médico policial comparó las lesiones de las víctimas y rasguños que él presentaba en su cuerpo. Luego de esto, quedó detenido por “homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género”.
Pruebas en contra de la pareja de Magalí
En la línea de la investigación, la fiscal a cargo del caso solicitó acceder al teléfono celular del imputado, donde se ponía ver un chat con la mujer y mensajes extraños, con los que se genera una hipótesis: fueron construidos por Agustín, con el objetivo de desviar la atención.
Sin embargo, en un grupo que comparte con sus hijas, el femicida habría quedado en evidencia. Algunos de los textos que fueron expuestos son “Discutimos, me pegó y me defendí y fue la gota que rebalsó el vaso”, “Magalí me peleó y se fue a dormir sin comer” y “se hace la aterrada”.
Una situación que además extrañó sus cercanos y vecinos, quienes al igual que muchos otros casos, no tenían idea de la actitud de Pérez.
“Le hemos preguntado, pero ella lo negaba. Hasta poco antes de su asesinato, que le confesó a mi mamá que él le había pegado una piña”, contó Gisela.
Actualmente, el caso sigue en curso y para diciembre de este 2023 o marzo del 2024, debería iniciar el debate oral.