China reafirmó este viernes la pena de muerte para Yu Huaying por tráfico de menores, destacando nuevamente la gravedad de los crímenes y el impacto social negativo causado, según un comunicado del Tribunal Popular Intermedio de Guiyang.
El tribunal confirmó la sentencia inicial, que incluye la revocación de sus derechos políticos de por vida y la confiscación de todos sus bienes personales, en un juicio que acaparó la atención de los ciudadanos chinos a través de las redes sociales del gigante asiático.
La condenada anunció su intención de apelar tras la audiencia, informó hoy la cadena estatal CCTV.
Yu secuestraba a niños en el suroeste de China y los vendía en la ciudad de Handan (provincia de Hebei, norte), en colaboración con un cómplice apellidado Gong, ya fallecido, y otros dos intermediarios, juzgados por separado.
La condenada, que tiene ahora 61 años, vendió en 1992 a un hijo nacido de una relación extramarital con Gong, con quien posteriormente se dedicó a secuestrar y vender niños, en su mayoría procedentes de familias con pocos recursos.
El caso de Yu comenzó en 2004, cuando fue arrestada en Yunnan mientras cometía un delito bajo la identidad falsa de Zhang Yun.
Fue condenada a ocho años de prisión, aunque su pena se redujo en tres, y quedó en libertad en 2009.
En 2022, la denuncia de Yang Niuhua, víctima de tráfico de menores en su infancia, reactivó el proceso judicial, tras localizar a su hermana biológica y proporcionar información que permitió la captura de Yu.
El primer juicio, celebrado el 18 de septiembre de 2023, impuso la pena de muerte, pero el Tribunal Popular Superior de Guizhou revisó el caso el 8 de enero de 2024, señalando que algunos delitos adicionales no habían sido considerados.
Un nuevo juicio se celebró el 11 de octubre de 2024, con la fiscalía reiterando la recomendación de la pena máxima.
El tráfico de personas es un problema persistente en China, exacerbado por la antigua política del hijo único y el desequilibrio entre sexos, que en 2017 dejó un excedente de 42 millones de hombres, según el Banco Mundial.
Tecnologías como el ADN y el reconocimiento facial han ayudado en los últimos años a resolver casos antiguos.
Entre 2010 y 2019, se registraron 112.703 casos de tráfico de mujeres y menores, según datos oficiales.
China no publica cifras oficiales de ejecuciones, pero Amnistía Internacional estima que miles de condenas a muerte se llevan a cabo cada año.