Al término del sábado de la XIX Cumbre en el Grand Palais de París, otros cuatro países o territorios fueron admitidos: Angola, Polinesia francesa, el estado alemán del Sarre (fronterizo con Francia) y el estado canadiense de Nueva Escocia, según aparece en la web de la organización.
Así, la OIF aumenta su número de miembros hasta los 93, una buena parte de ellos en África.
Este organismo aboga por la promoción de la lengua francesa (actualmente hablada por 330 millones de personas) y por la defensa de la democracia y del Estado de Derecho. Celebra cumbres cada dos años. La próxima, en 2026, será en Camboya.
"Nuestra organización modernizada ha sabido demostrar que, cada día, gana en atracción e influencia", declaró en la clausura de la Cumbre la secretaria general de la institución, la ruandesa Louise Mushikiwabo.
La OIF, que empezó a reunir a sus jefes de Estado y de gobierno a partir de los años 80 con la ambición de ser una especie de Commonwealth, ha atravesado momentos tumultuosos recientemente, sobre todo en África.
Allí, la OIF tiene a tres de sus miembros suspendidos por los golpes de Estado que han conducido a regímenes militares: Mali, Burkina Faso y Níger, todos ellos alineados con la Rusia de Vladímir Putin.