Cerca de mil presos se encuentran colaborando para extinguir el histórico incendio forestal que afecta a Los Ángeles de California, en Estados Unidos.
Los voluntarios son hombres y mujeres privados de libertad que pertenecen a un programa social del Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California (CDCR), aplicado solo en cárceles de baja seguridad, según explicó BBC.
Si bien, el 11 de enero el número oficial de presos que se encontraban colaborando bordeaba los 939, los voluntarios han incrementado exponencialmente desde el martes, cuando el fuego comenzó a propagarse de manera incontrolable por la ciudad ubicada al oeste de Estados Unidos.
Cabe recordar que, según el último reporte del gobierno, ya se ha confirmado la muerte de al menos 24 ciudadanos a causa de las llamas.
En terreno, los bomberos voluntarios pueden ser reconocidos por el característico overol naranja que utilizan los presos en las cárceles estadounidenses.
El programa, creado en 1946 para facilitar la reinserción social en cárceles de baja seguridad, ha generado controversia desde su creación, debido a que algunos opositores lo consideran explotador.
Lo anterior, debido a que los involucrados solo reciben un pago de entre 5.80 y 10.24 dólares al día por su colaboración en los siniestros, una cifra significativamente menor al resto de los bomberos.
Asimismo, otro de los cuestionamientos es la falta de reconocimiento en caso de fallecer durante la labor, ya que, a diferencia del resto, los presos no reciben un reconocimiento oficial por parte del estado ni tampoco ningún beneficio.
De acuerdo con datos de la revista Time, este grupo tiene cuatro veces más posibilidades de sufrir un accidente en el trabajo, en parte porque trabajan más horas que un bombero regular y porque utilizan herramientas manuales para evitar la propagación del fuego.
La contratación de ayudantes privados de libertad le ahorra al país cerca de 100 millones de dólares al año, dándoles, paralelamente, a los involucrados una oportunidad para apelar su sentencia.