Australia ha subrayado este viernes su "respaldo" al bombardeo llevado a cabo por Estados Unidos y el Reino Unido contra posiciones militares de los rebeldes hutíes en el Yemen y ha asegurado haber enviado personal a la central desde la que se condujo la operación.
El ministro de Defensa, Richard Marles, así lo aseguró durante una rueda de prensa, en la que enfatizó que "Australia continuará apoyando cualquier acción que defienda las normas y el orden global".
"El apoyo de Australia a estas acciones ha sido en forma de envío de personal de apoyo a la central de operaciones (de los ataques)", destacó el ministro, tras ser preguntado cómo en concreto Australia había apoyado el operativo.
Marles evitó responder a si el bombardeo provocaría una escalada aún mayor del conflicto en Oriente medio y se limitó a decir que los "hutíes han estado interrumpiendo la actividad marítima" y que su país "debe defender la libertad de navegación".
Estados Unidos y el Reino Unido bombardearon varias posiciones militares de los rebeldes hutíes en al menos seis provincias del Yemen en respuesta a los ataques de los insurgentes contra buques comerciales en el mar Rojo, una acción que ha provocado que el movimiento chií respaldado por Irán declare la guerra a estos países.
El presidente estadounidense, Joe Biden, confirmó en un comunicado que, bajo su dirección, las fuerzas de EE.UU., junto con el Reino Unido y el apoyo de Australia, Baréin, Canadá y los Países Bajos, llevaron a cabo con éxito ataques contra varios objetivos en el Yemen utilizados por los hutíes.
En apoyo de los palestinos de la Franja de Gaza, los insurgentes han estado atacando en el mar Rojo desde el 19 de noviembre a embarcaciones supuestamente vinculadas a Israel, aunque aseguran que su intención no es hundir barcos sino ejercer presión económica sobre el Estado judío para que detenga la guerra.
Australia reforzó sus lazos militares con Australia y el Reino Unido con el acuerdo de seguridad AUKUS (por las siglas en inglés de los tres países), anunciado en 2021 para tratar de contrarrestar la influencia china en el Indopacífico y que supone que el país austral tenga acceso a submarinos nucleares.