En el reciente informe de los Derechos Humanos publicado por el Ministerio de Unificación surcoreano, se consignó que un joven de 22 años fue ejecutado públicamente en Corea del Norte por ver, escuchar y distribuir música K-Pop (que pertenece a Corea del Sur).
Según el relato en dichos documentos, se trató de un joven de la provincia de Hwanghae que fue condenado en 2022, por escuchar 70 canciones de dicho género musical surcoreano y además por ver películas y distribuirlas.
Ello, incumple una ley vigente en el territorio dirigido por Kim Jong Un, donde se "prohíbe la ideología y la cultura reaccionaria".
En el mismo documento, se confirmó inspecciones frecuentes en los teléfonos móviles de los norcoreanos para evitar términos o expresiones vinculantes con Corea del Sur.