Es una enfermedad conocida y la humanidad ha luchado contra ella en el pasado, pero los contagios aumentan alrededor del mundo y los gobiernos no han logrado contenerlos.
La viruela del mono, una condición de origen zoonótico endémica de las regiones de África occidental y central, ya tiene presencia en 65 países, un hecho sin precedentes.
Los casos positivos del virus, de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), ascendían el miércoles 13 de julio a 11.068 a nivel mundial.
Según dijo esta semana la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la tendencia es que los contagios continúen en aumento durante las próximas semanas.
Pese a la rápida propagación, y en contra de lo que argumentan algunos investigadores independientes, la directora de la OPS, Carissa Ettiene, expresó que el riesgo que representa la viruela del mono "es moderado", por la baja mortalidad en comparación con el número de casos reportados.
Aun así, en una conferencia de prensa, Sylvain Alighieri, director de emergencias de salud de la OPS, dijo que la situación es "preocupante".
"En muchos países de la región de los que tenemos información bien caracterizada, la proporción de casos sin antecedentes de viaje está aumentando cada semana epidemiológica, lo que destaca nuestra preocupación en ver establecerse una transmisión más sostenida", sostuvo Alighieri.
Aunque la mayoría de las personas se recuperan del virus, que provoca brotes cutáneos y síntomas parecidos a la gripe, como fiebre y dolor de cabeza, existe el temor de que se convierta en una enfermedad endémica fuera de África.
La viruela del mono se registró por primera vez en 1970. Hay antivirales aprobados, así como vacunas contra la enfermedad. También pruebas para detectarla y conocimiento suficiente sobre cómo se propaga.
Entonces, ¿por qué los casos aumentan?
Respuesta de la OMS
Para la médico Kavita Patel, experta en política pública de la salud y exasesora de la Casa Blanca durante la presidencia de Barack Obama, la Organización Mundial de la Salud (OMS) falló en no declarar la viruela del mono como una emergencia de salud internacional.
Sin consenso entre sus miembros, el Comité de Emergencias de la entidad entendió en junio pasado que, precisamente por la baja mortalidad, la enfermedad no representaba un riesgo mayor, aunque sí debía ser vigilada de cerca.
Patel sostiene que esta decisión afecta la cooperación global para atender el virus, como, por ejemplo, en la distribución equitativa de las vacunas existentes entre grupos de riesgo, que ayudaría a mantener al margen el aumento de casos.
"La falta de una declaración de emergencia nos deja sin una coordinación global, sin que se establezcan el dinero y los recursos necesarios", indicó.
La acción de la OMS, que será reevaluada por el organismo la próxima semana, puede provocar que los ciudadanos no entiendan el riesgo que podría representar la enfermedad, dice, por su parte, Carlos Rodríguez Díaz, un profesor de salud pública de la George Washington University, en EE.UU.
"Cuando se declara una emergencia de salud es un indicador de que se debe fortalecer la respuesta", dijo. "No hay una buena distribución de información confiable y que esté disponible para las poblaciones que la necesitan más", agregó.
La coincidencia del mes del Orgullo
Los primeros casos de viruela del mono, enfermedad que se contagia de forma más efectiva a través del contacto físico, se detectaron hace unos meses fuera de África entre hombres que tienen sexo con hombres. Esto convirtió a los gays en un grupo de riesgo.
Y, según Alighieri, de la OPS, los casos entre esta comunidad continúan creciendo ante la coincidencia de que durante junio y julio se celebra el Mes del Orgullo en diversos países, unos eventos que congregan a millones de personas.
Kavita Patel, por su parte, recordó la importancia de destacar que la viruela del mono no es una enfermedad que solamente afecta a hombres homosexuales.
Por el contrario, vincularla con la orientación sexual también podría provocar un aumento de casos, porque otros grupos ignorarían que también están en riesgo.
"Esto me recuerda a los primeros días del VIH, cuando lo identificamos como una enfermedad relacionada a las personas homosexuales… y todavía estamos manejando las consecuencias en el mundo", afirmó.
Problemas para detectar el virus
A nivel global, continúa Patel, las pruebas para detectar el virus son poco accesibles para la población, concentrándose en algunos laboratorios y centros académicos, pero no en clínicas comunitarias y otras instalaciones de atención directa.
"Esto nos deja expuestos a personas que, sin saberlo, tienen la viruela del mono y pueden contagiar a otras personas. Aun cuando tengan una erupción en la piel y algunos síntomas, podrían creer que es un resfriado, porque los síntomas a veces se confunden", comentó.
"En Centroamérica, por ejemplo, la gente se atiende con los trabajadores sanitarios de su vecindario. Y ahora mismo estos proveedores tienen prácticamente cero acceso a las pruebas", detalló.
De hecho, datos de la OPS señalan que, de los más de 1.400 casos positivos que hay en el continente americano, en Centroamérica solo se registró uno.
"Ni siquiera sabemos el conteo real de casos en el mundo", afirma la experta.
El problema de las vacunas
En la actualidad hay dos vacunas que tienen efectividad contra la viruela del mono. Una, llamada Jynneos, es de elaboración reciente y está solo aprobada en EE.UU. y Canadá.
La otra es la vacuna ACAM 2000, utilizada contra la viruela tradicional.
Pero, de acuerdo con el profesor Carlos Rodríguez-Díaz, las reservas de ambas son limitadas, y en este momento las organizaciones internacionales de salud y los gobiernos no pueden realizar vacunaciones masivas, lo que deja a la población desprotegida.
The New York Times reportó a principios de julio que la firma danesa que elabora Jynneos enviaría dos millones de dosis a los EE.UU., pero esto no ocurrirá hasta finales de 2022. Y solo tiene capacidad de elaborar menos de cinco millones de vacunas más para el resto del mundo.
Mientras la vacuna ACAM 2000 tiene fuertes efectos secundarios que, según Patel, podría poner en riesgo la vida de personas inmunocomprometidas.
¿Tendremos una pandemia?
Cuando comenzó el brote de viruela del mono, científicos argumentaron que era improbable que se convierta en una pandemia.
Sobre todo porque la transmisión es más difícil que otras condiciones, como la covid-19, y porque es una enfermedad ya conocida.
Sin embargo, expertos han afirmado recientemente que el brote podría transicionar a una emergencia mayor.
En una columna publicada en The Washington Post, Patel, junto con el exprofesor de Harvard Eric Feigl-Ding y el fundador de la New England Complex Systems Institute, Yaneer Bar-Yam, argumentaron que la viruela del mono ya es una "pandemia".
Su postura es que la enfermedad no está contenida en un solo espacio geográfico.
Además, existe el contagio comunitario entre personas que no han salido de sus países o comunidades. También porque algunos pacientes se han contagiado de forma "inusual".
"Hay personas contagiadas que no tienen historial de contacto sexual o de viajes. Esto para mí es grande. Tenemos que comenzar a hablar del tema", concluyeron.
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