Perú se sumió este miércoles en un caos político tras la decisión del ya expresidente Pedro Castillo de disolver el Congreso y de instaurar "un gobierno de excepción" que, según aseguró, gobernaría a través de decretos ley hasta que un nuevo Parlamento con poderes constituyentes elaborara una nueva Constitución.
El anuncio del mandatario fue inmediatamente respondido con acusaciones de que estaba dando un "golpe de Estado".
La decisión de Castillo fue cuestionada no solamente por la oposición, sino también por otras autoridades del Estado -incluyendo la Policía y las Fuerzas Armadas- y generó una ola de renuncias de altos funcionarios, entre los que se encuentran varios ministros y embajadores.
Mientras tanto, los miembros del Congreso adelantaron unas horas la sesión que tenían prevista para debatir y votar una moción de vacancia contra Castillo que, finalmente, terminó en su destitución del cargo.
Tras su anuncio de este miércoles, Castillo se presentó después ante la prefectura de la policía en Lima, donde fue arrestado.
Aquí te ofrecemos algunas claves de para entender lo que está ocurriendo.
¿Cómo se llegó hasta aquí?
Castillo asumió la presidencia en julio de 2021. Desde entonces vivió varias crisis de gobierno que le obligaron a reemplazar su cartera de ministros en más de una ocasión.
La sesión de este miércoles era el tercer intento de la oposición en el Congreso de sacarlo del poder declarando su vacancia del cargo por "permanente incapacidad moral" para gobernar.
El día antes, Castillo acusó a la oposición de querer "dinamitar la democracia" y volvió a declararse inocente de las acusaciones de corrupción en su contra.
La convocatoria del Congreso para discutir la destitución de Castillo, que estaba prevista antes de la declaración del gobierno de excepción, se basaba en la supuesta incompetencia del mandatario para gobernar pues en año y medio de gestión había nombrado cinco gabinetes y unos 80 ministros.
Sobre el mandatario pesan varias acusaciones de corrupción que involucran a miembros de su familia, pero que -en algunos casos- también le tocan directamente. De hecho, en octubre pasado, la fiscalía presentó una denuncia constitucional contra el mandatario, a quien señala por supuestamente liderar "una organización criminal" para enriquecerse con contratos del Estado y obstruir las investigaciones.
Sin embargo, durante la sesión de este miércoles para destituirle el argumento más mencionado por los parlamentarios para votar en su contra era la necesidad de preservar la democracia y el Estado de Derecho.
¿Qué puede ocurrir ahora?
Para la destitución de Castillo era necesario el voto de dos tercios de los 130 miembros del Congreso, unos 87 parlamentarios, y fue aprobada con el respaldo de una holgada mayoría de 101.
Tras la declaración de vacancia, le corresponde a la vicepresidenta, Dina Boluarte, asumir la presidencia del país hasta concluir el periodo presidencial en julio de 2026.
Boluarte fue compañera de fórmula electoral de Castillo, postulada por el partido Perú Libre, y ocupó el cargo de ministra de Desarrollo e Inclusión Social hasta el pasado 25 de noviembre.
Cuando Castillo anunció este miércoles su decisión de disolver el Congreso, Boluarte se distanció públicamente de él, señalando que se trataba de un quiebre del orden constitucional.
Se espera que Boluarte sea juramentada esta tarde como presidenta constitucional de Perú.
6 presidentes desde 2018
Con la caída de Pedro Castillo y el ascenso de Dina Boluarte, Perú suma ya seis presidentes de la República desde 2018. En marzo de ese año, se produjo la renuncia del mandatario Pedro Pablo Kuczynski, quien había sido electo en los comicios de 2016 y optó por renunciar al cargo antes de que el Congreso procediera a realizar una votación -que el mandatario tenía perdida- para destituirle.
Kuczynski fue sustituido por su entonces vicepresidente Martín Vizcarra, quien fue removido del cargo por el Parlamento en 2020.
Tanto Kuczynski como Vizcarra están siendo investigados por la Fiscalía, pero hasta ahora no hay procesos judiciales en su contra.
Vizcarra fue sustituido por el congresista Manuel Merino, quien renunció al cargo cinco días después de asumir la presidencia. En su lugar, el Congreso juramentó a Francisco Sagasti, quien gobernó el país hasta la elección de Pedro Castillo.
Analistas señalan que, más allá de los posibles casos de corrupción en los que presuntamente puedan estar involucrados estos exmandatarios, los recurrentes cambios en la presidencia del país se explican también por la fragmentación política y por el diseño institucional del país que facilita que el Congreso use sus facultades de control para forzar cambios en el Ejecutivo.