Un alto funcionario de las Naciones Unidas advirtió que un asalto de Israel a Rafah, la ciudad más al sur de Gaza, podría desembocar en una "matanza".
Martin Griffiths, secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios, dijo que los palestinos en Gaza ya sufrían un "asalto sin igual en intensidad, brutalidad y alcance" y que las consecuencias de una invasión en Rafah serían "castastróficas".
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha jurado derrotar a los hombres armados de Hamás que según él se esconden en esta ciudad.
En una declaración inusualmente fuerte, Griffiths dijo que más de un millón de personas estaban "hacinadas en Rafah, mirando a la muerte a la cara". Añadió que los civiles de la ciudad tenían poca comida o acceso a medicinas y "ningún lugar seguro al que ir".
Una invasión israelí de la ciudad, resaltó, "dejaría una operación humanitaria ya frágil al borde de la muerte".
Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo al programa Newshour de la BBC que la ONU no había recibido ningún plan de evacuación de Rafah de Israel y que no participaría en ninguna evacuación forzada.
"Las Naciones Unidas no participarán en ningún desplazamiento forzado de personas", aseguró.
Una ciudad hacinada bajo asedio
Rafah es una pequeña ciudad en el sur de la Franja de Gaza, en la frontera con Egipto.
Antes de la guerra albergaba a unas 250.000 personas, pero desde que Israel ordenó a los civiles evacuar hacia el sur, su población aumentó a aproximadamente 1,5 millones.
Muchos viven en tiendas de campaña en condiciones desesperadas y dicen no tener otro lugar adonde ir.
En los últimos días, Rafah ha recibido fuertes ataques áereos de Israel. Según el Ministerio de Salud, gestionado por Hamás, el pasado lunes murieron al menos 67 personas.
Dos rehenes de origen argentino fueron rescatados de las manos de los militantes islámicos.
Griffiths también dijo que los trabajadores humanitarios en Gaza habían sido "apuntados con armas, atacados y asesinados" debido a una ruptura de la ley y el orden.
Israel, bajo presión internacional
Las duras declaraciones de Griffiths se producen mientras las negociaciones para un cese al fuego entre Israel y Hamás continúan en El Cairo.
Altos funcionarios de Estados Unidos, Israel, Egipto y Qatar se reunieron el martes.
En los últimos días, Israel recibe cada vez más presión internacional para que no invada Rafah.
Guterres dijo que esperaba que las conversaciones sean exitosas y así se evite un ataque israelí sobre la ciudad.
Sin embargo, informaciones posteriores desde el Servicio de Información Estatal Egipcio indicaron que no hubo avances en las negociaciones.
La entidad informó que la reunión "confirmó el peligro extremo de la escalada de operaciones en Rafah, en el sur de Gaza, y advirtió de las graves consecuencias de estas acciones", pero sin anunciar algún progreso hacia la paz.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió a Israel que los civiles debían ser protegidos.
En Reino Unido, el ministro de Exteriores David Cameron advirtió a Israel que "parara y pensara seriamente" antes de atacar Rafah.
Al menos 1.200 personas murieron durante los ataques de Hamás en Israel el 7 de octubre del año pasado. Más de 240 personas permanecen como rehenes de la organización islámica.
En respuesta, Israel lanzó una campaña militar en la Franja de Gaza. Más de 28.400 palestinos, la mayoría mujeres y niños, han muerto, además de los más de 68.000 heridos desde que comenzó la guerra, según el Ministerio de Salud que controla Hamás.