Al menos cinco personas murieron en el sur de México como consecuencia del huracán John, que tocó tierra en el Pacífico como ciclón de categoría 3.
Sus fuertes vientos de 195 km/h y tormentas provocaron inundaciones repentinas, deslaves y la crecida de ríos, que han dejado miles de damnificados.
El huracán Helene, entre tanto, ha sido una de las tormentas más potentes que han azotado Estados Unidos, con ráfagas de viento de 225 km/h en algún momento.
Helene tocó tierra en Florida como huracán de categoría 4 el jueves por la noche, pero se degradó a tormenta tropical a medida que se adentraba en el país.
Hasta este viernes por la tarde se habían contabilizado al menos 20 víctimas mortales.
En toda la región, muchos se despertaban para descubrir los daños causados por las inundaciones.
La calle principal de Tarpon Springs, en Florida, se inundó.
En Peachtree Creek, algunos residentes utilizaron embarcaciones para sortear la crecida mientras otros se dedicaban a limpiar.
Cuando el agua de la inundación retrocedió en Cedar Key, Florida, dejó tras de sí edificios dañados o destruidos.
El techo de una gasolinera Sunoco destruida por el huracán Helene tras tocar tierra en Perry, Florida.
Frente a la costa, un hombre y su perro fueron rescatados por los guardacostas estadounidenses, mientras que en San Petersburgo una embarcación volcó y fue arrastrada hasta la orilla.
De Florida, la tormenta Helene siguió camino por el este de EE.UU. hacia Georgia, Tennessee y las Carolinas. Un roble cayó sobre una casa en Anderson, Carolina del Sur.
Incluso antes de su llegada, la tormenta había causado cortes de electricidad a más de un millón de personas y graves inundaciones en varias zonas.
Camiones pertenecientes a Duke Energy fueron fotografiados en fila esperando para reparar los daños una vez haya pasado el huracán.