Gisèle Pelicot, la mujer francesa violada por 51 hombres, calificó como "juicio de la cobardía" el proceso sobre su caso.
También afirmó que ya es momento de que cambie la "sociedad machista y patriarcal" de Francia, donde, en su opinión, se "trivializa la violación".
Lo dijo este martes en su último testimonio frente al tribunal de Aviñón, cuyo veredicto se prevé a mediados de diciembre.
Pelicot, que lleva asistiendo a las sesiones del juicio desde su inicio en septiembre, entró en el tribunal vestida con una chaqueta verde oscuro y un colorido pañuelo.
Fue interrogada por los abogados defensores después de que el último acusado, Philippe L, abandonara el banquillo.
Su renuncia al anonimato
La víctima renunció a su derecho al anonimato para amplificar la relevancia mediática del juicio en el tribunal.
Su exmarido, Dominique Pelicot, admitió haber reclutado a decenas de hombres a través de internet para violarla durante casi una década en su casa de Mazan.
"Sabía en lo que me estaba metiendo", comentó en sus comentarios iniciales el martes Gisèle Pelicot sobre su renuncia a un juicio a puerta cerrada, aunque admitió seguir sintiendo “cansancio" tras lo ocurrido.
Esta era la última oportunidad de los abogados de los hombres procesados por violación para convencer a los jueces de que el exmarido de la víctima los había engañado de alguna manera para que la violaran mientras estaba inconsciente.
Además de conmocionar a Francia, el caso ha atraído el interés de todo el mundo.
Ha puesto de relieve la cuestión de la agresión sexual inducida con drogas y ha planteado preguntas sobre si el consentimiento debería formar parte de la definición francesa de violación.
“Todos vinieron a violarme”
Algunos de los 50 acusados admitieron haber violado a Gisèle Pelicot, pero la mayoría se declararon inocentes.
Unos 15 acusados se sentaron en el banquillo, mientras Dominique Pelicot, que llevaba un jersey verde, estaba en el otro lado con la mano en la barbilla.
Cuando Dominique Pelicot prestó declaración este martes, su hija Caroline le gritó desde el otro lado de la sala que estaba harta de sus mentiras, lo que puso de manifiesto la ira que había en la familia.
Gisèle Pelicot se sentó detrás de su equipo legal junto a sus dos hijos y nueras.
Cuando se le preguntó si creía que había una diferencia entre los que habían admitido haberla violado y los que no, Pelicot respondió que "todos vinieron a violarme... todos cometieron un delito".
Pero enfatizó que, cuando los acusados admitieron haberla violado en el banquillo de los acusados, los miró “a los ojos".
"He visto a personas que niegan haber cometido una violación desfilar ante el tribunal. (…) Quiero decirles a estos hombres: ¿en qué momento, al entrar en ese dormitorio, la Sra. Pelicot les dio su consentimiento?", indicó.
Y agregó: "He oído decir 'me manipularon', he oído decir 'me bebí un vaso de agua, me drogaron'. Pero ¿en qué momento no se dieron cuenta?".
El apellido de su marido
También preguntaron a Gisèle Pelicot por qué seguía utilizando el apellido de su exmarido cuando sus propios hijos usaban otros.
La sala quedó en silencio mientras ella respondió con calma que, cuando fue por primera vez al tribunal en Aviñón, sus hijos se avergonzaban de ese nombre, pero sus nietos todavía se llamaban Pelicot.
"Hoy quiero que estén orgullosos de su abuela", declaró.
"Mi nombre es conocido en todo el mundo ahora. No deberían avergonzarse de llevar ese nombre. Hoy recordaremos a Gisèle Pelicot", añadió.
Poco antes de que subiera al estrado, el último de los 50 acusados, Philippe L, aseguró haberse sentido "sorprendido" por la situación cuando Dominique Pelicot lo recibió en su casa e insistió en que penetrara a su esposa.
También negó la violación, argumentando que dejó su conciencia a un lado: "Pensaba con mi pene en lugar de mi cerebro".
Los ataques de la defensa
El ambiente en la sala se caldeó cuando la abogada defensora Nadia El-Bouroumi interrogó a la víctima y sugirió que había utilizado "palabras duras" hacia los demás acusados, pero no hacia su marido.
"Al mirarla a usted, y lamento decirlo, me pregunté si alguna vez la veríamos llorar", alegó El-Bouroumi en un momento dado.
El tono combativo y a veces agresivo de la abogada provocó murmullos entre el público y los medios de comunicación que se encontraban en la sala del tribunal, donde varias personas movieron la cabeza con incredulidad.
Gisèle Pelicot rechazó las insinuaciones de que podría haber "visto las señales" de que algo no iba bien por la mañana después de haber sido drogada: "Me despertaba con mi pijama habitual, así que no", afirmó.
Aseguró haber perdido 10 años de vida por problemas médicos causados por los medicamentos que su exmarido le había dado sin que ella lo supiera.
"Pensé que moriría o acabaría en un hospital psiquiátrico", reflexionó. "Ahora tengo 72 años y no sé cuánto tiempo me queda".
Las fotos de su hija desnuda
Más tarde, los abogados defensores le preguntaron sobre las imágenes de su hija Caroline parcialmente desnuda encontradas en el portátil de Dominique Pelicot.
Los hijos de los Pelicot salieron furiosos de la sala del tribunal y no volvieron por un rato, mientras Gisèle Pelicot dijo que este no era "un juicio familiar".
Cuando un abogado defensor le dijo a la víctima que todavía estaba bajo el control de su exmarido y no podía condenarlo por completo, permaneció en silencio mientras los letrados de ambas partes se gritaban entre sí.
El juez tuvo que intervenir para poner fin a la discusión.
Después el tribunal escuchó una declaración de Dominique Pelicot a la policía en noviembre de 2020, dos meses después de que un guardia de seguridad de un supermercado lo sorprendiera filmando bajo las faldas de mujeres.
Eso fue lo que finalmente llevó a la policía a encontrar miles de videos que había filmado de hombres teniendo sexo con su esposa mientras estaba inconsciente.
Ella no tenía ni idea de lo que había sucedido y se dio cuenta de que la había estado drogando desde 2011 hasta 2020.
El abogado de Gisèle Pelicot le preguntó a Dominique Pelicot, quien admitió todos los cargos, que qué tenía que decirle a su familia, especialmente a su hija Caroline.
Cuando le preguntaron por el archivo al que había puesto el nombre "Mi hija desnuda", se dirigió a ella desde el otro lado de la sala: "La he visto desmoronarse... Caroline, nunca te he tocado".
Ella gritó desde el otro lado de la sala: "Estás mintiendo; estoy harta de tus mentiras, estás solo en tu mentira, morirás mintiendo".
Hubo un silencio absoluto mientras se miraban y Dominique Pelicot se llevó las manos a la cabeza.
El resto de la familia, con el rostro lleno de angustia, lo miró fijamente, mientras que Gisèle Pelicot no reaccionó.
Cuando le preguntaron si reconocía haber manipulado a los otros acusados para que violaran a su esposa, o si los había drogado, respondió con firmeza: "Absolutamente no".
Sugirió que habían utilizado esa defensa "para salvarse".
Se prevé que el juicio concluya el mes que viene y se conozca el veredicto en la segunda quincena de diciembre.