El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, dijo que su ejército se enfrenta a un "aumento del número de ataques" rusos en el este del país, especialmente en torno de la disputada ciudad de Avdiivka.
Las fuerzas de Moscú llevan un mes intentando rodear esta ciudad industrial, convertida en uno de los puntos clave del conflicto. Pero la línea del frente está casi congelada desde hace un año, aunque Zelenski y el Kremlin aseguran, por separado, que la guerra no está en un callejón sin salida.
"El ejército informa de un aumento del número de ataques enemigos", subrayó el presidente ucraniano en Telegram, citando las zonas de Avdiivk, Kupiansk y Donetsk, en el este.
Zelenski abordó hoy con su cúpula militar "el incremento de la cantidad de ataques enemigos” en las zonas de Avdivka y Kúpiansk, donde se encuentran algunos de los puntos más calientes del frente.
Agradeció a soldados
El jefe del Estado ucraniano se mostró "agradecido a los militares que mantienen sus posiciones y no detienen las operaciones ofensivas” contra los invasores rusos.
Ucrania reconoció recientemente el fracaso de su contraofensiva iniciada en junio, que desde entonces tropieza con fuertes defensas rusas. Para Kiev, que quiere evitar el efecto de desgaste entre sus aliados occidentales frente a un conflicto que dura casi dos años, es esencial avanzar.
Según blogueros militares rusos y ucranianos, y expertos que analizan información de fuentes abiertas, desde fines de octubre el ejército ucraniano logró anclar fuerzas en la ribera ocupada del río Dniéper, especialmente en Krinki, zona meridional de Jersón. Esta información no fue confirmada ni por Moscú ni por Kiev.
Zelenski también acusó a los rusos de "vengarse de la ciudad libre de Jersón", que acaba de celebrar el primer aniversario del fin de su ocupación, bombardeándola "sin ninguna razón militar".
El día anterior, los ataques rusos causaron tres muertos y 12 heridos, entre ellos un bebé de dos meses, según las autoridades locales.