Cientos de personas desafiaron el intenso calor y abarrotaron este domingo las playas de Río de Janeiro, que registró una temperatura récord para el año de 42,5°C y una sensación térmica de 50,5°C, cuando buena parte de Brasil se vio sumida en una ola de calor que también afectó Sao Paulo, informaron las autoridades.
En Río, la gente corrió al mar para refrescarse y abarrotó las emblemáticas playas de Ipanema y Copacabana, con pareos y sombrillas ocupando el espacio hasta el borde del agua, lo que hizo casi imposible ver la arena.
Según el sistema Alerta Rio, dependiente de la alcaldía, la temperatura máxima registrada el domingo fue de 42,5°C, en Iraja, barrio popular del norte de la ciudad, con una sensación térmica de 50,5°C. El récord anterior de 2023 era de 41,8°C, en pleno verano, en febrero.
No obstante, de acuerdo con el estatal Instituto Nacional de Meteorología (Inmet) la sensación térmica de este domingo no superó la de febrero, que fue de 58,3 grados centígrados.
Debido al excesivo calor, el Inmet emitió el sábado una alerta naranja para Río de Janeiro, lo que significa un calor muy peligroso para las personas en estos días.
Rio de Janeiro vive dia mais quente do ano, com sensação térmica de 50°Chttps://t.co/uaTe7cwDlC
— Folha de S.Paulo (@folha) November 12, 2023
Calor récord para el año en Sao Paulo
En Sao Paulo, la mayor metrópolis de América Latina, el Centro de Gestión de Emergencias Climáticas (CGE) de la alcaldía también informó de un récord para el año 2023: una temperatura media por la tarde de 36,9°C.
Esta es, además, la más alta jamás registrada para noviembre desde que el organismo empezó a medir las temperaturas hace 19 años.
A mediados de semana, el Inmet advirtió que esta ola de calor afectaría a varias regiones de Brasil hasta el próximo miércoles.
El instituto emitió una alerta roja, sinónimo de "gran peligro" para la salud, para varias fozonas del sureste y centro-oeste del país, con temperaturas previstas de 5°C por encima de las normales estacionales.
Brasil se ha visto azotado en los últimos meses por fenómenos meteorológicos extremos, con una sequía histórica en la Amazonía y lluvias catastróficas acompañadas de ciclones en el sur del país.