Alrededor de mil millones de jóvenes de todo el mundo podrían correr el riesgo de sufrir una pérdida de audición por escuchar auriculares o asistir a locales con música a gran volumen, según estimaciones de un amplio estudio publicado este miércoles (16.11.2022).
El estudio dirigido por la Organización Mundial de la Salud pide a los jóvenes que tengan más cuidado con sus hábitos de escucha, e insta a los Gobiernos y a los fabricantes a hacer más para proteger la audición en el futuro.
El análisis publicado en la revista BMJ Global Health analizó los datos de 33 estudios publicados en inglés, español, francés y ruso durante las dos últimas décadas, que abarcaban a más de 19.000 participantes de entre 12 y 34 años.
Prácticas de escucha inseguras
Se descubrió que el 24 por ciento de los jóvenes tenía prácticas de escucha inseguras al utilizar auriculares con dispositivos como los teléfonos inteligentes. Y el 48 por ciento se expuso a niveles de ruido inseguros en lugares de ocio como conciertos o clubes nocturnos.
Combinando estos resultados, el estudio estimó que entre 670.000 y 1.350 millones de jóvenes podrían correr el riesgo de sufrir una pérdida de audición.
Este amplio margen se debe en parte a que algunos jóvenes probablemente corren el riesgo de sufrir ambos factores, afirma Lauren Dillard, audióloga de la Universidad de Medicina de Carolina del Sur y primera autora del estudio.
Dillard explicó a la AFP que la mejor forma de reducir el riesgo de pérdida de audición por los auriculares es bajar el volumen y escuchar durante períodos más cortos. "Por desgracia, a la gente le gusta la música muy alta", admitió.
Medidas preventivas
Los usuarios de auriculares deben utilizar los ajustes o las aplicaciones de los smartphones para controlar los niveles de sonido, aconseja Dillard.
En entornos ruidosos, los auriculares con cancelación de ruido pueden ayudar a evitar "subir el volumen de la música para intentar ahogar todo el ruido de fondo", añadió.
En eventos ruidosos, como los conciertos o las discotecas, hay que llevar tapones para los oídos, y añadió: "Tal vez sea divertido estar en la parte delantera junto a los altavoces, pero no es una buena idea para la salud a largo plazo".
"Todos estos comportamientos, estas exposiciones, pueden acumularse a lo largo de toda la vida y, a los 67 años, pueden tener un gran impacto", dijo.
Cumplir las directrices de la OMS
Dillard hizo un llamamiento a los Gobiernos para que cumplan las directrices de la OMS sobre la seguridad en la escucha de música, y se aseguren de que los locales controlan y limitan los niveles de música.
También instó a las empresas que fabrican dispositivos como los teléfonos a que avisen a los oyentes cuando el volumen sea demasiado alto, y a que incluyan bloqueos parentales para restringir la exposición de los niños.
Las limitaciones de la investigación incluyen las diferentes metodologías de los distintos estudios y el hecho de que ninguno proceda de países de bajos ingresos.
Stephen Stansfeld, experto en ruido y salud de la Universidad Queen Mary de Londres, que no participó en la investigación, afirma que ésta muestra que "el potencial de pérdida auditiva grave en la población es muy grande".
Más de 430 millones de personas –más del cinco por ciento de la población mundial– padecen actualmente una pérdida de audición discapacitante, según la OMS, que estima que la cifra aumentará a 700 millones en 2050.