Los rescatistas redoblaban esfuerzos entre los escombros para recuperar cuerpos a cinco días del fuerte terremoto que sacudió el centro de Japón, con un saldo confirmado de 98 personas muertas, mientras una fuerte réplica estremeció la región de Ishikawa al amanecer del sábado.
Se prevé que la cifra de víctimas mortales del sismo del día de Año Nuevo, con magnitud de 7.5, aumente pues 211 personas siguen sin ser ubicadas.
El trabajo de cientos de socorristas ha sido obstaculizado por el mal clima -con pronóstico de nieve el domingo- y caminos inutilizables por grandes grietas, caída de árboles y rocas.
Dos mujeres de avanzada edad fueron sacadas de entre los escombros de sus casas el jueves, pero desde entonces no ha habido nada que celebrar.
En Suzu, donde decenas de hogares quedaron en ruinas, un perro ladraba mientras un equipo de la AFP filmaba las operaciones de remoción de escombros el viernes, señal de un descubrimeinto sombrío.
"El entrenamiento de caninos de rescate empieza con un juego similar al escondite", dijo a la AFP el adiestrador Masayo Kikuchi. "Finalmente se entrenan para ladrar cuando ven a una persona entre los restos".
Las residencias donde se descubren víctimas mortales se marcan y se dejan hasta que un forense puede venir con familiares para identificar el cuerpo.
En tanto, la Agencia Meteorológica de Japón (JMA) informó que el nuevo terremoto tuvo lugar a las 5.26 hora local de este sábado con epicentro a unos 10 kilómetros de profundidad en la península de Noto.
De momento, no existen reportes de nuevos daños causados por el terremoto de este sábado, que alcanzó el nivel 5 alto en la escala nipona, ni de interrupciones adicionales en las redes de transporte ferroviario o por carretera.
Las autoridades dijeron el sábado en la mañana que 211 personas no habían sido encontradas aún, menos que el conteo previo de 222.
El saldo de víctimas mortales ascendió de 94 a 98, con más de 450 heridos. Las muertes incluyen un estudiante de secundaria que visitaba a su familia, informaron reportes.
El Instituto de Investigación de Terremotos de la Universidad de Tokio descubrió que la costa arenosa del oeste de Japón se desplazó hasta 250 metros (820 pies) hacia el mar en algunos lugares.