Más de medio millón de personas participó el sábado (23.07.2022) en Berlín en la primera celebración del Christopher Street Day desde el inicio de la pandemia de COVID-19. A muchos les llegó la noticia de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó a la viruela del mono comouna emergencia de salud pública global.
Las advertencias sobre este mal no estuvieron ausentes en los desfiles de Berlín. Algunas personas firmaron peticiones demandando al gobierno alemán producir más vacunas contra ese virus, se distribuyeron algunos volantes con explicaciones sobre cómo reconocer los síntomas y hubo alertas en la página web del evento.
Mensajes poco claros
Pero el brote de la viruela del mono no fue tematizado en los discursos. Los funcionarios de salud pública y los portavoces de las organizaciones LGBTQIA de EE. UU. y Europa han tenido problemas para encontrar la forma de comunicar los riesgos del virus a los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, sin estigmatizarlos.
En muchos casos, esto ha dado lugar a mensajes que implican que el virus podría afectar a toda la población y todos tendrían un riesgo similar de contraerlo. Pero, aunque cualquiera puede contagiarse, una investigación publicada el jueves en el New England Journal of Medicine revela que el 98% de los casos han sido detectados en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.
Sin embargo, los expertos aún no saben exactamente cómo se transmite la viruela del mono.
El estudio citado, que analizó 520 casos en 16 países, entre abril y junio de 2022, indica que en el 95 % de ellos el virus se transmitió por “actividad sexual”. Pero los autores dejaron en claro que “no hay evidencia clara de transmisión a través de semen o fluidos vaginales” y solo se ha demostrado que se produce a través de grandes gotitas respiratorias o el contacto cercano o directo con lesiones cutáneas.
Los preservativos no bastan
Lo que se sabe con seguridad es que el virus se propaga por contacto muy estrecho entre dos personas, incluyendo besos. "Es casi seguro que la viruela del mono se transmite por vía sexual", dijo Paul Hunter, profesor de protección de la salud en la Escuela de Medicina de Norwich. "Pero mi preocupación por etiquetarla como una enfermedad de transmisión sexual es que, en lo concerniente a la mayoría de ellas, usar un preservativo o evitar la penetración o el contacto directo oral-anal/oral-genital es una buena forma de prevenir. Sin embargo, en el caso de la viruela del mono, incluso el mero hecho de abrazarnos desnudos es un gran riesgo".
Luka Cicin-Sain, inmunólogo del Centro Helmholtz de Investigación de Infecciones, de Alemania, coincidió en que clasificar a la viruela del mono como una enfermedad de transmisión sexual y centrarse en el uso de condones como forma de contenerla puede ser contraproducente.
¿Es posible frenar la propagación?
Algunos científicos creen que la contención aún es posible mediante rápidas campañas de vacunación.
Dado que la transmisión se concentra mayormente en una comunidad, un sólido programa de vacunación podría aún lograr la inmunidad de rebaño, explicó Hunter.
Pero a otros expertos les preocupa que la estigmatización del virus disuada a los grupos vulnerables de vacunarse.
"A estas alturas, será difícil evitar que la viruela del mono se convierta en una enfermedad endémica entre los grupos de alto riesgo", dijo Gerard Krause, jefe del departamento de epidemiología del Centro Helmholtz de Investigación de Infecciones. "Me temo que el nivel de estigmatización es ya, o sigue siendo, demasiado alto. Esto afectará el acceso y la aceptación de las vacunas, así como la notificación del diagnóstico precoz y el seguimiento de los contactos."