Un artefacto explotó en el interior de la basílica Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, afortunadamente sin causar heridos ni víctimas fatales.
Al momento de la explosión el recinto se encontraba abierta al público y, según fuentes policiales, la zona fue inmediatamente acordonada por los efectivos.
Las primeras sospechas sobre el suceso apuntan a que el artefacto explosivo pudo haber sido colocado por radicales de extrema izquierda.
Fuentes de la investigación dijeron que, a falta de que se determine la composición exacta del explosivo, el modo de actuar en este atentado coincide con el patrón que sigue la actuación de grupos extremistas de izquierda.
Todo indica que se trata de un artefacto de fabricación artesanal y en escasa potencia.
El suceso de este miércoles en Zaragoza tiene un precedente de hace unos meses, ya que el pasado 7 de febrero la Policía desactivó en la catedral de La Almudena den Madrid una bomba compuesta por un detonador y 1.200 gramos de explosivo.
En este caso la autoría de la colocación fue asumida por un grupo anarquista autodenominado "Comando Insurreccionalista Mateo Morral", en recuerdo de un anarquista que en 1906 atentó contra el entonces rey español, Alfonso XIII y su esposa.