Un texto divulgado este lunes por la Congregación para la Doctrina de la Fe, entidad encargada de preservar el dogma católico, aclaró que para la Iglesia la homosexualidad "es un pecado” y que los sacerdotes no pueden bendecir uniones entre personas del mismo sexo. La explicación surge luego de que en algunos ambientes eclesiásticos surgieran dudas sobre este tema.
En un documento firmado por el cardenal Luis Ladaria, prefecto de la congregación, conocida en el pasado como el Santo Oficio de la Inquisición, se advierte que "en algunos ambientes eclesiales se están difundiendo proyectos y propuestas de bendiciones para uniones de personas del mismo sexo". Por ello, ante la pregunta de si la Iglesia dispone del poder para bendecirlas, la contestación fue tajante: "se responde negativamente”.
"No es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo”, precisa el texto.
"No bendice el pecado”
El documento recuerda que "Dios nunca deja de bendecir a sus hijos”, pero "no bendice ni puede bendecir el pecado”. El documento muestra un "Responsum ad dubium", es decir una respuesta a una duda, y contó con la aprobación de Jorge Mario Bergoglio, a pesar de que el papa Francisco se ha mostrado menos tajante respecto a la homosexualidad.
Hace cinco meses, Francisco aseguró en una entrevista que "las personas homosexuales tienen derecho a estar dentro a una familia” y que deberían tener derecho a estar cubiertos legalmente, lo que desató controversia. El Vaticano precisó luego que Francisco no había cuestionado el dogma del matrimonio entre un hombre y una mujer y que se refería a las leyes adoptadas por los Estados.
La Congregación para la Doctrina de la Fe agrega en su texto que "no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia”. Eso, sin embargo, "no quiere ser una discriminación injusta, sino reclamar la verdad del rito litúrgico y de cuanto corresponde profundamente a la esencia de los sacramentales, tal y como la Iglesia los entiende”.