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"Ojalá algún día se acabe": la dramática confesión de Juan Martín del Potro

A través de un video publicado en redes sociales, el argentino publicó un impactante testimonio de las lesiones que pusieron fin a su exitosa carrera.

24horas.cl

Martes 26 de noviembre de 2024

Este 1 de diciembre será un día emotivo para Juan Martín Del Potro puesto que cerrará su brillante carrera como tenista con un partido de exhibición contra Novak Djokovic en Buenos Aires y a días del encuentro, el oriundo de Tandil remeció a sus seguidores con un dramático testimonio donde detalló las lesiones que lo obligaron a alejarse de las canchas.

"Al día siguiente de jugar contra Delbonis me tomé un avión a Suiza y me volví a operar la rodilla. Esa fue mi quinta cirugía. A partir de ahí nunca más hice públicas mis cirugías. Yo no podía más del dolor de pierna, así que probé de perfil bajo y si funcionaba anunciaba mi regreso. Estuve dos meses encerrado en un pueblo cerca de Basilea, me operaron, hice rehabilitación y no funcionó. A los dos meses me dijeron que había quedado una cosita y me volví a operar", comenzó el singlista, cuyo último duelo lo disputó en febrero de 2022 contra Federico Delbonis. "Después me fui a Estados Unidos, seguí rehabilitando, entre cirugía y cirugía probaba tratamientos. No sé, debo tener más de 100 inyecciones en la pierna, en la cadera y en la espalda. Me infiltraron, me sacaron, me analizaron, me quemaron nervios, me sacaron tendones. Un sufrimiento a diario, así vengo desde el último día con Federico", complementó.

"Cuando yo me operé por primera vez, en junio de 2019, el médico me dijo que en tres meses volvía a jugar. Me había anotado en los torneos de Estocolmo, Basilea y París, pero nunca más pude subir una escalera sin dolor. En el viaje a diario que hago a Tandil de cuatro horas tengo que frenar en Las Flores, que es a mitad de camino, para pararme y estirar las piernas. Me duele muchas veces para dormir, girar de lado. Me despierto por pinchazos que son muy feos", continuó el trasandino, quien reveló cómo cambió su estilo de vida a causa de las lesiones.

"Mi vida cotidiana no es la que yo deseo. Yo era un tipo muy activo, al que le gustaba hacer deporte y no sólo jugar al tenis. Y de repente me invitan a jugar al fútbol y soy el que lleva el mate y se sienta afuera, o en el pádel soy el que hace los videos. Para mí es terrible. Desde lo deportivo me quitaron la ilusión de hacer lo que siempre me gustó hacer, que era jugar al tenis. Es muy difícil tener que 'caretear' (dar la cara) todo las 24 horas. Es muy complicado y a veces ya no tengo más ganas. No soy indestructible, soy como cualquier persona con cosas buenas y malas. No tengo más energía, me consume mucho anímicamente lo de la pierna. No sólo estoy en búsqueda de mejorar, sino que padezco el día a día. Me levanto y tomo entre seis y ocho pastillas. Un protector gástrico, un antiinflamatorio, un analgésico y una para la ansiedad", confesó.

"La lesión ganó. Yo me sentía muy poderoso y fuerte para afrontar esas piedras que me aparecían, siempre les ganaba. Pero dentro de lo lógico. Al final del día no sé si lo soy tanto, siento que la rodilla me ganó. Me operé ocho veces, gastando fortuna con médicos de todo el mundo. En cada operación sentía que salía bien y no me iba a doler más. Me imaginaba dando la vuelta al dique en Tandil sin dolor. Y a los dos o tres meses estaba llamando al doctor para decirle que no había funcionaba y estaba igual que siempre", puntualizó Del Potro, quien detalló la recomendación recibida tanto de los médicos como su círculo cercano. 

"Tengo otra gran pelea con los médicos, que me dicen que me ponga una prótesis y deje de joder para tener mejor calidad de vida. Yo no busco más correr, jugar al tenis o jugar un partido con mis amigos. Pero después vienen otros que me dicen que no les haga caso, porque soy muy joven y que espere hasta los 50. Pero yo desde los 31 que no corro, no subo una escalera, no puedo patear una pelota y no jugué nunca más al tenis. ¿Qué voy a pasar 15 años más así de mi vida para que a los 50 vean si me ponen una prótesis y vivir bien recién a los 60?", resumió.

"Ojalá algún día se acabe porque quiero vivir sin dolor. Viene siendo una pesadilla sin final, que a diario busco solución a diario con médicos y todavía no la encuentro. Cada vez que lo pienso me genera mucha bronca, angustia e impotencia, pero no lo puedo cambiar", cerró el otrora Top 3 del ATP y ganador de 22 títulos.