En el 2002, la Teletón dio a conocer la historia de Nicolás Basaez, quien nació con una malformación congénita de sus extremidades superiores y, pese a ello, se ha dedicado al tenis desde niño. En esa edición, fue sorprendido por Fernando González, quien le regaló una raqueta, con la cual juega hasta el día de hoy.
En la cruzada solidaria del año pasado, el oriundo de La Ligua volvió al escenario. Esta vez lo hizo ya consolidado como referente nacional del parastanding tenis, modalidad de juego para quienes tienen algún tipo de discapacidad, pero pueden practicarlo de pie y no en silla de ruedas.
Ya instalado entre los mejores del mundo, se reencontró con el “Feña” y, además, contó que quería jugar el Abierto de Australia, pero no tenía los recursos para hacerlo. Entonces, la organización lo sorprendió con la entrada de representantes de Marley Coffee, quienes lo apoyaron para que viajara a Oceanía.
En el Grand Slam australiano, el segundo “major” que se disputa en esta especialidad, consiguió el tercer puesto en singles y se consagró campeón en dobles. Más encima, su talento generó la atención de los organizadores del torneo, quienes subieron un video a las redes sociales oficiales mostrando cómo el chileno recoge la pelota desde el piso.
El “Nico” volverá a los certámenes internacionales en junio, para competir en Barcelona y Turín, paradas clave, ya que la Federación Internacional de Tenis (ITF) estará evaluando, pensando en una posible presencia futura en unos Juegos Paralímpicos. A continuación, cuenta su trayectoria, su reciente salto a la fama y sus sueños.
¿Cuándo empezaste a jugar tenis?
Partí jugando desde los siete años. Hicieron un taller y en el colegio no querían que jugáramos mucho, porque les daba miedo que nos pasara algo o nos fuéramos a frustrar. Mi mamá les dijo que tenían que dejarme, que yo me las iba a arreglar solo, y me empezó a gustar. Aparte, como siempre me decían que no hiciera algo, yo con mayor razón lo hacía. Dijeron que nunca iba a poder jugar tenis, así que ése fue el impulso más importante para lograrlo.
¿Cómo te fuiste insertando en este circuito?
Empecé jugando tenis convencional, de hecho, todavía sigo jugando torneos convencionales. El 2015 empieza esta nueva modalidad que se llama parastanding tenis, que antes se llamaba tenis adaptado de pie, que la creó un chileno. Ahí empezamos con los torneos nacionales y a competir a nivel internacional. Antes teníamos súper pocos torneos, ahora tenemos todo el año, tanto en Chile como en Estados Unidos y Europa.
¿Qué te inspira a jugar parastanding tenis?
Lo que me inspira es que se sigan sumando más jugadores y poder dejar un camino a las futuras generaciones. Todo esto me da más chances de seguir demostrándole a la gente que todo se puede e inspirando a muchos para que se sumen a esta categoría nueva. Ojalá que se logre masificar más el parastanding tenis y que me empiecen a llegar más sponsors, para así poder ir viajando a diferentes Grand Slams y torneos que tengo, a nivel nacional e internacional.
¿Y cuáles son tus metas?
Mi principal meta es llegar a otro Grand Slam y seguir avanzando para que la ITF nos reconozca, para poder empezar a meternos en los Juegos Paralímpicos. Así podremos representar a Chile y estar con la bandera, y darle al país la mayor felicidad posible.
¿Qué tan importante fue el “Feña” González para tu carrera?
Para mí era un sueño jugar como él, por los golpes que tenía. Esa vez que me regaló la raqueta en la Teletón fue una motivación extra. Me dan ganas de seguir estando en los primeros lugares, como él lo hizo. Cada vez que estoy jugando, miro la raqueta y digo que tengo que salir con todo, para que el “Feña” se sienta orgulloso porque me dio uno de los regalos más importantes de mi vida.
¿Y qué tan importante ha sido Marley Coffee?
Marley Coffee ha sido importante porque me apoyó en este viaje. Me gustaría que siguieran haciéndolo, para impulsar mi carrera un poco más y que ellos también tengan un embajador para su marca. Es “bacan” que una empresa confíe en lo que estoy haciendo, porque no todos se dan cuenta de que es chocante ver a una persona a la que le faltan los brazos y que juegue tenis. En Australia nadie me creía y cuando me veían, todos quedaban sorprendidos.