Ñublense consiguió un valioso triunfo por 1-0 en su visita a Cobreloa por la fecha 25 del Campeonato Nacional. Sin embargo, no todo fue positivo para el equipo de Chillán, luego de que su entrenador, Mario Salas, sufriera una violenta agresión.
El hecho ocurrió en medio de la celebración del gol de Patricio Rubio que llegó en los últimos minutos. En ese momento, el técnico, quien se encontraba en el borde de la cancha del estadio Zorros del Desierto en Calama recibió un botellazo por parte de un hincha de Cobreloa, que le impactó de lleno, quedando tendido en el piso.
Oye pero la media precisión, directo a la cabeza de Mario Salas.
— Simplemente, el Tío (@Peineta2022) September 25, 2024
Ni los gringos igualan ese ataque.pic.twitter.com/7qXAAxcKDh
Tras el golpe, Salas rápidamente fue a denunciar la situación al cuarto árbitro.
"Una persona me lanzó un Gatorade en forma muy agresiva, muy violenta y la verdad que me raspó y me golpeó la mano", explicó el DT tras el partido.
"Si esa botella hubiese pegado un poquito más adentro, me hubiese pegado más de lleno en la cara o en la sien, a lo mejor estaría en otro lugar u otro lado", lamentó.
"Me da una pena porque haya sido aquí en Calama y de la gente de Cobreloa, pero creo que esas cosas no pueden pasar desapercibidas. Uno lucha contra erradicar la violencia en los estadios, de parte de los hinchas, de parte de las barras. Es entendible la frustración de las personas, pero hay maneras y maneras de expresar esa ira y frustración, sobre todo en una cancha de fútbol", concluyó.