Brilló en Naval, Huachipato y Ñublense, cuadro con el que logró el ascenso a primera división en 2006. Sin embargo, colgó los botines para cambiarlos por una sotana. Chase Hilgenbrinck, más conocido como "El gringo", dio un vuelco a su vida y por estos días se encuentra nuevamente en Chile, pero esta vez no para jugar fútbol.
Tras nueve años, Hilgenbrinck decidió volver a Estados Unidos, a su tierra, para convertirse en sacerdote y lo consiguió.
Hoy está de vuelta en el sur de nuestro país, zona que lo viera triunfar en el balompié, pero no para jugar, sino para realizar misas.
"Después de ganar el campeonato y subir a primera división con Ñublense, me di cuenta que algo faltaba en mi corazón", asegura.
"Me di cuenta justo en el medio de mi carrera futbolística que no iba a seguir y sentí el llamado del sacerdocio", agrega.
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