La Copa Libertadores obtenida por Colo Colo en 1991 continúa siendo el mayor logro deportivo de un club chileno, por lo que aquellos jugadores que alcanzaron la gloria siguen siendo recordados por los hinchas. Sin embargo, aquella felicidad hoy parece lejana para uno de esos protagonistas, Juan Carlos Peralta, que durante las últimas semanas ha vivido un verdadero drama personal.
Y es que el ex jugador, quien disputó los 90 minutos de aquella final con Olimpia en Santiago, sufrió un accidente cerebrovascular (ACV) que lo tuvo internado tres días en el hospital Barros Luco.
“Fue el martes, como a las 7.30 de la mañana. Yo siempre dejo en el velador un vaso con agua y cuando lo fui a tomar, se me derramó todo. Después intenté hablar solo, pero no podía. Y no sentía el lado derecho de la cara. Tenía la boca chueca. Me asusté mucho y, como a las 10 de la mañana, fui a despertar a mi mamá y a mi hermano Cristián y de inmediato decidimos irnos al SAPU porque estaba claro que era grave", contó el propio Peralta en diálogo con LUN.
“La gente del SAPU fue muy eficiente porque detectaron de inmediato el ACV y actuaron rápido para trasladarme al hospital. Ahí me hicieron un electro”, agregó.
"Yo estaba consciente de todo lo que estaba pasando, pero no podía hablar. No me sentía bien y, en un momento en el hospital, sentí que me había llegado la hora. Derechamente, pensé que me estaba muriendo. Fue cuando quedé en blanco, con la mirada fija y se me cortó la respiración. Por suerte fue un momento y recuerdo que una de las enfermeras me habló para que me quedara con ella. Ahí como que volví”, complementó.
Sin embargo, antes del ACV ya había manifestado síntomas, incluso, el doctor que lo atendió le reveló que había sufrido cinco infartos previos.
“El doctor me dijo que tuve una verdadera lluvia de infartos previos, cinco en total, que fueron silenciosos, horas antes. El domingo, mi hermano Cristián me notó cansado, con el brazo medio dormido y me preguntó qué me pasaba. Yo sólo le dije que tenía un dolor de cabeza, pero él el lunes quería llevarme al SAPU y le dije que no, porque no me gusta ir al médico. Toda la crisis se desencadenó esa noche, en el sueño”, explicó.
"Tuve un tremendo aviso y, dentro de todo, la saqué barata, lo tengo clarísimo", concluyó.