Entre lágrimas Gerard Piqué se defendió este viernes en los juzgados de Majadahonda, donde llegó a declarar como investigado por el papel que jugó, junto al expresidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales, en las negociaciones que llevaron la Supercopa de España a disputarse en Arabia Saudí y por las que se pactó el pago de una prima de cuatro millones anuales (durante diez años) para la empresa de la cual es socio fundador, Kosmos.
El ex futbolista defendió su gestión e incluso se mostró orgulloso del contrato “más grande” de la historia de la RFEF y aseguró que en “cualquier otro país” le hubieran “puesto una estatua”. Y al final de su declaración, rompió a llorar ante la jueza Delia Rodrigo: “Llevo tres años con un daño reputacional a nivel de prensa que nadie pagará".
Durante su comparecencia, Piqué expresó que inicialmente el acuerdo fue “verbal”, un “pacto de caballeros”, y que más tarde, cuando la negociación se consolidó, propuso a SELA (empresa pública saudí) cerrar la posición de Kosmos y hablaron con la RFEF para conseguir dicha protección en el contrato a través de una cláusula que los saudíes finalmente admitieron. Además, apuntó que tuvo problemas para cobrar y que, para intentar solucionarlo, llamó a Luis Rubiales para que lo ayudara.
Cabe recordar que la jueza investiga “posibles ilegalidades” en los acuerdos entre la RFEF y la entidad saudí Sela Sports, acuerdos en los que consta como figura clave de la negociación la empresa de Gerard Piqué, quien en aquel momento todavía era jugador del Barcelona, equipo que participaba en la competición, y que ejerció como “tercera parte”.
"El caso Supercopa es solo una parte de la llamada Operación Brodie, que investiga una supuesta trama ilegal en el seno de la Federación liderada por Rubiales y que tendrá que responder por los posibles delitos de corrupción, administración desleal y blanqueo de capitales", señaló el diario El País.