El futbolista moldavo Ion Nicolaescu fue protaognista de una de las más insólitas e impactantes lesiones que ha dejado el fútbol en el último tiempo.
Todo ocurrió cuando el jugador del Herenveen enfrentaba al Quick Boys por la Copa de Países Bajos y efectuó una acción típica de este deporte: sonarse.
Si bien el aludido logró limpiarse las fosas nasales, su rostro, específicamente el ojo derecho, sufrió un inesperado percance.
De un momento a otro, el globo ocular se hinchó, quedando todo grabado en la transmisión del cotejo. Seguramente la presión hecha para sonarse generó un problema a nivel del ojo.
Si bien los equipos médicos atendieron rápidamente a Ion Nicolaescu, debió salir de la cancha ante la situación.
El equipo, de momento, no ha entregado mayores detalles sobre su estado de salud.
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— Jack Pot (@_jack__pot__) January 16, 2025