Migración y muerte.
Eso fue lo que experimentó la población de cisnes de cuello negro que habitaba el río Cruces, en Valdivia, a mediados de 2004.
El desastre ecológico fue tan severo que de un número habitual de aproximadamente seis mil aves en mayo de ese año; en 2005, la Conaf estimaba la población en solamente 500 cisnes.
La razón no se comprobaría oficialmente hasta casi una década después: la descarga de material que hacía la planta de Celulosa Arauco Constitución (Celco) en el torrente del río había provocado una serie de cambios físicos, químicos y biológicos en el área.
El luchecillo, planta acuática de la que se alimentaban los cisnes de cuello negro, se volvió escaso.
"Ese fenómeno (del luchecillo) generó daños a las poblaciones de avifauna, la más relevante: la del cisne. En alguna proporción hubo migraciones y en otra mortalidad atribuible a los contaminantes que venían del afluente de la planta (Celco)", explica el jefe del Departamento de Áreas Silvestres Protegidas de la Conaf en Los Ríos, Pablo Cunazza.
Análisis posteriores de los cisnes fallecidos comprobaron que su peso corporal era más bajo del normal y que en ellos había más hierro, una característica que también tenían los especímenes de luchecillo que sobrevivieron al vertimiento.
La resiliencia del ecosistema
Lo que siguió fue un largo camino judicial que llevó adelante el Consejo de Defensa del Estado y que terminó en una condena contra Celco en 2013. Se les ordenó iniciar medidas de recuperación del humedal del río Cruces, ubicado en el Santuario Natural Carlos Anwandter.
Poco a poco el hábitat dañado mostró su resiliencia y la población de cisnes comenzó a reaparecer. "De manera natural el sistema fue recuperando una condición de mejor salud, por así decirlo", relata Pablo Cunazza, agregando que "no es que no haya ningún tipo de contaminante ahora".
"Como todo sistema fluvial, en este caso hay una entrada permanente a través de la lluvia de agentes contaminantes, pero ninguno de ellos a la fecha ha generado un desastre de la magnitud de lo que fue el de 2004", relata Cunazza.
De acuerdo a datos de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), la población de cisnes ha vuelto a sus números pre crisis e incluso los ha superado.
A continuación puedes revisar la evolución de la población de esa especie desde 2004 hasta inicios de 2018. En el gráfico también se puede apreciar cómo varió la población en las afueras del Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter -en el que está el río Cruces- durante los períodos de crisis.
Luego de que se discontinuó el vertimiento en el río, los cisnes han regresado a su hábitat natural e incluso a su antigua distribución.
"Han sido esencialmente los mismos sectores", indica Cunazza apuntando a que "son lugares más tranquilos para recuperar el proceso de reproducción y crianza".
Datos
Esta nota fue elaborada a partir de los datos sobre población de cisne de cuello negro en el Santuario Natural Carlos Anwandter proveídos por la Corporación Nacional Forestal (Conaf) a #24Data.
