Muchas cosas han cambiado en nuestras vidas desde que el COVID-19 irrumpió en la existencia del ser humano. Situaciones tan simples como darse un abrazo, reunirse con amigos o salir de casa deben cancelarse para poder evitar aún más la propagación del virus.
Al 4 de junio Chile tenía 118.292 casos de contagios acumulados y alrededor de 300 de estos corresponderían a mujeres embarazadas, según lo indica la presidenta del Colegio de Matronas y Matrones, Anita Román.
Las maternidades no han escapado a la emergencia. Aunque no estén en el centro de la pandemia, el manejo de las atenciones frente al COVID-19 ha tenido que ser repensado por los equipos de trabajo. Pero la organización no ha sido fácil, porque además de la compleja situación que aqueja a los centros de salud, aún no se ha publicado un protocolo de atención validado y actualizado por el Ministerio de Salud para el manejo de gestantes.
Según la Organización Mundial de la Salud “se están realizando investigaciones para comprender los impactos de la infección por COVID 19 en mujeres embarazadas, los datos son limitados, pero en la actualidad no hay evidencia de que tengan un mayor riesgo de enfermedad grave que la población general”.
Pero la misma OMS advierte que “debido a los cambios en sus cuerpos y sistemas inmunes, sabemos que las mujeres embarazadas pueden verse gravemente afectadas por algunas infecciones respiratorias. Por lo tanto, es importante que tomen precauciones para protegerse contra COVID-19 e informen a su proveedor de atención médica los posibles síntomas (como fiebre, tos o dificultad para respirar)”.
Anita Román afirma que si una mujer embarazada que se contagia con coronavirus “su mejoría en la enfermedad va a depender de muchos factores. Cualquier infección – no solo COVID- que adquiera una gestante es de altísimo cuidado”.
Pero además una madre contagiada no solo es un riesgo para ella, sino que también para el recién nacido.
“Cuando hablamos de las gestantes también hablamos de los recién nacidos y por tanto los efectos de esto no solamente afecta a la mujer sino que a todo su entorno, y los vamos a ver a mediano y largo plazo y es importante prepararse para reparar las consecuencias que va a tener manejar los nacimiento en Chile en un contexto de una pandemia”, dice Paulina Sánchez, parte del directorio del Observatorio de Violencia Obstétrica (OVO Chile).
La falta de un protocolo para todos
Según las estadísticas vitales provisorias del Departamento de Estadísticas e Información de Salud del Minsal (Deis), desde el 1 de marzo hasta el 31 de mayo hubo 48.987 nacimientos vivos inscritos en el Servicio de Registro Civil e Identificación.
Si consideramos que esas 48.987 madres con sus hijos posiblemente fueron acompañadas por al menos una persona, tendríamos un escenario hipotético de 146.961 personas que habrían circulado por las maternidades estos tres meses y medio, incluyendo solo lo que respecto a pacientes.
Si a eso le sumamos los equipos médicos, la cantidad de personas que pudieron estar en una maternidad es bastante más grande.
Pero las atenciones para mujeres gestantes no se limitan al parto, también hay otras asistencias durante el proceso previo y posterior.
El Deis reporta en la última actualización de sus estadísticas sobre egresos hospitalarios (2018), que en un año hay 290.840 atenciones por embarazo, parto y puerperio, las cuáles se clasifican de la siguiente forma:
La presidenta del Colegio de Matronas, Anita Román, relata que “a fines de marzo los entes técnicos del ministerio elaboraron junto a las sociedades científicas protocolos de atención que fijan lineamientos de atención en situación COVID”.
De hecho, en la página web del Ministerio de Salud dedicada a la capacitación del personal a causa del coronavirus existe una publicación con fecha 6 de abril “Gestantes Parto y Puerperio COVID-19” que lleva a un video en el cual un médico expone el documento “Orientaciones para el Manejo de Casos COVID-19 en gestantes, puérperas y /o díadas” de la Subsecretaría de Salud Pública
Pero los gremios identificaron un problema: “Salieron estos protocolos, se difundieron por todo Chile, pero cuando a los dos tres días nos dimos cuenta que estos protocolos no fueron validados políticamente; o sea no tienen la validación del ministro de Salud, entonces cuando un protocolo de atención que pretende ser un lineamiento central no tiene la validación política de la autoridad sanitaria es lo mismo que nada”, indica Román.
Desde el Observatorio de Violencia Obstétrica (OVO Chile) señalan que la publicación del 6 de abril no es un protocolo de lineamientos técnicos, sino más bien se trata de una clase que se realizó para el Hospital Digital y luego se publicó en la plataforma de Youtube hace dos meses atrás, cuando la situación respecto a la pandemia era distinta. La capacitación tampoco se hizo llegar a los estamentos consultados en esta nota por #24Data
Insisten además en que las recomendaciones son básicas, que no considera la adecuación para mujeres gestantes en las residencias sanitarias, ni el acompañamiento durante el parto.
La presidenta metropolitana de la Federación Democrática de Profesionales Universitarios de la Salud (FEDEPRUS) y matrona, Lina Córdova, agrega que “los protocolos están listos desde la última semana de marzo, los referentes que son del mismo Minsal, habían trabajo con la sociedad científica y estaban listos para firma”.
Consultados por #24Data, el Ministerio de Salud informó que se está trabajando en el protocolo, sin especificar una fecha de publicación.
La última versión del documento (cuarta) que prepararía el Minsal y a la que han tenido acceso algunos funcionarios del gremio fecha el 14 de mayo, considera en sus 32 páginas varios puntos que se piden, pero también consigna que es un "borrador" y que es un informe que puede tener actualizaciones en el futuro según la situación epidemiológica del país.
Hasta este sábado 13 de junio el informe no estaba publicado para el acceso del personal de salud.
“Hoy día está prácticamente todo organizado, se han entregado más elementos, pero podríamos haber evitado muchos más contagios probablemente, si esto fuese un lineamiento central”, afirma Anita Román.
*Datos al 8 de junio.
El 1 de junio OVO Chile publicó una carta abierta a los ministerios de Salud y de la Mujer y la Equidad de Género donde solicitan:
- Elaboración Guías Clínicas y/o protocolos de atención de gestación, parto y puerperio en situación de emergencia sanitaria Covid-19.
- Satisfacción de necesidades básicas y respeto de los derechos humanos de las mujeres y sus bebés durante el trabajo de parto, parto y puerperio (incluida cesárea).
- Protección de Equipos de Salud.
- Mujeres gestantes y Residencias sanitarias.
Testeo preventivo
La matrona y presidenta de la Federación Democrática de Profesionales Universitarios de la Salud (FEDEPRUS), Lina Córdova, sostiene que “si bien no se ha validado que es efectiva la transmisión vertical – aunque hay estudios que dicen que aumentan los abortos y mortinatos- aún no está claro, pero sí está validado que hay contagio de madre a hijo por ejemplo en la lactancia y en la misma cercanía que uno tiene con sus bebés”.
Por eso una de las demandas de los funcionarios es una especie de control de ingreso a las mujeres embarazadas, consiste en la aplicación de un PCR preventivo para tener los resultados al momento del alta y si resulta positivo tomar todos los cuidados necesarios para no contagiar a los recién nacidos.
El documento en borrador del Minsal aconseja que, de acuerdo a la disponibilidad de recursos, se aplique un examen de PCR a las mujeres gestantes que ingresen a un servicio de obstetricia y ginecología. Desde OVO Chile afirman que en algunas zonas esta recomendación se realizan, pero al no ser un lineamiento central que esté disponible para todos los equipos médicos, muchas mujeres pasan el proceso sin una pesquisa para COVID-19.
Impacto en la salud mental
Para nadie es novedad que la pandemia causa a diario distintas repercusiones a nivel de la salud mental. Estrés, angustia, incertidumbre.... ¿te imaginas además con un embarazo?
Paulina Sánchez, psicóloga y parte del directorio de OVO Chile, relata que internacionalmente el escenario para las mujeres se presenta parecido., es decir se repite el manejo de la invisibilización de las necesidades de las gestantes.
Sánchez pone el acento en las madres que resultan contagiadas y sus hijos no. Como consecuencia del aislamiento que deben vivir aumentan los niveles de angustia y estrés.
"La capacitación a los equipos de salud para cuidar a una mujer que está contagiada y el bebé no y están separados. Todo el efecto que eso tiene en la lactancia y además toda la transferencia afectiva que se genera en el contacto con la madre", indica la experta.
"Lo que ocurre es que hay ciertas formas de abordarlo (el COVID-19). Cuando las mujeres están hospitalizadas al momento del parto, pero posteriormente son dadas de alta no hay una claridad de cuál es el seguimiento que se hace a esta madre puérpera, al recién nacido; qué tipo de acompañamiento es el que se da tanto como para los cuidados físicos como para la salud mental y emocional de personas que ya vienen de vivir situaciones de vulnerabilidad por haber estado expuesto a un experiencia al límite de la vida", afirma.