Dolor mandibular al despertar, contracturas en el cuello y en la espalda, malestar en los oídos y dificultades para abrir la boca: todas estas son consecuencias del llamado bruxismo, un síndrome que es cada vez más frecuente y puede producir incluso el desgaste y quiebre de piezas dentales.
El bruxismo es un trastorno en el que rechinas, crujes o aprietas los dientes, muchas veces de manera inconsciente cuando estás despierto (bruxismo diurno) o mientras duermes (bruxismo nocturno), según lo afirma Clínica Mayo.
-Dientes aplanados, fracturados, partidos o flojos
-Esmalte dental desgastado
-Mayor dolor o sensibilidad dental
-Músculos de la mandíbula cansados o rígidos, o mandíbula trabada que no se puede abrir o cerrar por completo
-Dolor o inflamación de mandíbula, cuello o rostro
-Dolor similar al dolor de oído, pero que no es un problema del oído en realidad
-Dolor de cabeza sordo que comienza en las sienes
-Lastimaduras por morder la parte interna de la mejilla
-Alteración del sueño
Una investigación realizada por varios especialista en 2013 - Epidemiology of bruxism in adults- evaluó las cifras de prevalencia del bruxismo según edad y sexo en base a estudios anteriores. Las conclusiones son claras: El 31,4% de las personas ha padecido bruxismo alguna vez en su vida, mientras que el 8% asegura tener bruxismo frecuentemente.
El informe también describe que no hay diferencia en la cantidad de casos entre hombres y mujeres. Respecto a la edad se registra un peak de episodios antes de los 40 años, disminuyendo con el paso del tiempo.
Pero este no es sólo un problema de adultos, los niños también suelen tener episodios de bruxismo, sobre todo alrededor de los seis años.
Algunas causas identificadas que potencian el bruxismo son el estrés, ciertos medicamentos, familiares con bruxismo y trastornos temporomandibulares.