Uno de cada cinco chilenos ha tenido un intento de suicidio. La mayoría tiene más de 60 años.
Esa preocupante cifra es parte de la encuesta “Conducta suicida en Chile 2020”, realizado por la Red de Equipos de Prevención del Suicidio (REPS) y la agencia de investigación Datos Claros.
Los resultados de la medición se publicaron un mes antes del 10 de octubre, jornada en que se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental y en la que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reforzó el llamado a invertir en los programas de dicha área para enfrentar los efectos de la pandemia por el COVID-19. Como ya habían alertado, en este contexto se exacerban los factores que pueden aumentar el riesgo de suicidio de las personas.
Hasta el 22 de enero el Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) registra 1.573 situaciones de lesiones autoinflingidas intencionalmente, lo que representa una disminución de un 17% respecto al 2019. Sin embargo, los datos aún están en etapa de recolección y validación durante este año, por lo que los casos podrían ser más.
24Data analizó la base de datos del organismo dependiente del Ministerio de Salud que muestra que las regiones donde hubo mayor reducción respecto al año anterior fueron Los Lagos con 37% y Arica y Parinacota con un 32%. Por el contrario, se presentó un aumento en las regiones de Ñuble (24%), Atacama (13%) y Los Ríos (11%).
Si es que no varían las cifras, los expertos del área tienen una respuesta para la posible disminución de suicidios en medio de la pandemia.
La experiencia de crisis pasadas puede entregar señales: “Revisando la literatura nos hemos dado cuenta que existe un periodo que se llama “luna de miel” en el que podrían disminuir los suicidios, principalmente relacionado a un apoyo y cohesión social. La gente ve que todos estamos viviendo una situación que es compleja y que lo vivimos en comunidad, lo que se ha visto en otros desastres socio-naturales”, explica la psiquiatra y directora del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes – Imhay, Vania Martínez.
Por su parte, la psicóloga clínica y académica de la Universidad Mayor, Dominique Karahanian, es enfática en señalar que los datos en general sobre este tema son muy difíciles de recolectar porque “son cifras negras que no en todos los casos son informados y por lo tanto las estadísticas no reflejan realmente lo que pasa, sobre todo en países donde está tan estigmatizado el suicidio”.
Pese a eso, cree que la baja puede deberse a “un mayor aferramiento a la vida”, lo que a vista de la especialista se relaciona a un pensar y entender el sentido de la existencia en este periodo de confinamiento.
El panorama puede cambiar
Lo que sí es un hecho, es que los factores de riesgo del suicidio se agudizaron debido a la pandemia. El aislamiento, distanciamiento físico, inestabilidad económica, cambios bruscos de rutinas, dificultades académicas, duelos por seres queridos, entre varios otros elementos se configuran como estresores que pueden llevar a una persona a “pensar que la vida ya no tiene sentido y que sin importar lo que se haga, nada va a cambiar y, por lo tanto, es la última salida y se opta por acabar con el sufrimiento”, afirma Karahanian.
Y esta realidad se puede mantener por varios meses mientras no se controle el coronavirus. Martínez indica que la mezcla de todos estos factores genera la “tormenta perfecta” para que realmente aumenten los índices por este tipo de muerte como ha ocurrido, por ejemplo, en Japón donde en el suicidio cobró más vidas en octubre del 2020 que el COVID-19 durante todo el año hasta esa fecha.
Además hay que sumar el hecho de que muchas personas debieron interrumpir sus tratamientos por trastornos de salud mental ya que el foco de la atención se puso en la emergencia sanitaria, por lo que se hacía incluso más difícil acceder a las consultas y medicamentos necesarios.
Para fortalecer la oferta pública y privada, el ministerio de Salud habilitó la plataforma Saludable Mente en la que se puede agendar horas online para recibir orientación y apoyo en salud mental. Además, lanzaron la Guía de Prevención del Suicidio en tiempos de COVID-19 en la que entregan recomendaciones.
La directora del Núcleo Milenio Imhay, Vania Martínez dice que identificar las primeras señales de riesgo suicida es fundamental, pero no suficiente, ya que “gran parte de las personas que presentan estos rasgos reciben el apoyo de su entorno cercano, pero no dan ese otro paso de promover la búsqueda de ayuda profesional que es tan necesaria porque se requiere por lo menos una evaluación de un equipo de salud mental y eso debe ser urgente”.
Por lo mismo, para poder realmente prevenir que aumenten las muertes por suicidio, la especialista recalca que la inversión y oferta en atención se debe ampliar.
Martínez detalla que “de todo el presupuesto de salud en Chile, solo el 2% es para salud mental y lo recomendado por la OMS es de 6%. Por eso necesitamos invertir en esta área porque generará un reporte y un ahorro, mayor productividad y bienestar de la población”.
Canales de ayuda
Es muy importante tener claro que las muertes por suicidio se pueden prevenir con intervenciones oportunas, por eso, si necesitas apoyo o conoces a alguien que lo requiera existen distintos métodos para contactarse con especialistas.
Uno de ellos son los número de atención que han dispuesto distintos ministerios y organismos:
Salud Responde 600 360 77 77 , opción 1: te contactarás con psicólogos que te brindarán orientación y ayuda en crisis.
Fono Infancia 800 200 818: busca orientación profesional en temáticas de infancia y adolescencia.
Fono Drogas y Alcohol 1412, apoyo las 24 hrs. del día.
Fono Orientación en Violencia contra la Mujer 1455: atención de especialistas para quienes sufren o son testigos de maltrato físico y/o psicológico.
Whatsapp Mujer +569 9700 7000: orientación y contención emocional a mujeres violentadas en situación de confinamiento.
Fono mayor 800-4000-35, atendido por especialistas en temáticas de personas mayores.
También, al igual que el portal Saludable Mente, el Instituto Nacional de la Juventud cuenta con la plataforma “Hablemos de todo” dirigida a jóvenes entre 15 y 29 años. Ahí encontrarás información sobre distintos temas y también podrás chatear sobre el tema que quieras con personas que te guiarán y acompañarán.
Además, existen organizaciones e iniciativas que buscan ser un espacio de tanto para la población con riesgo potencialmente alto de suicidio como para sus familiares.
Fundación Míranos: ofrece contención emocional y apoyo psicosocial a personas mayores y sus cercanos, a través del correo [email protected] y el chat de su página web
Fundación José Ignacio: ayudan a niños y jóvenes a buscar el sentido de su vida y recuperar la esperanza. Además, capacitan a las personas que trabajan con ellos y acompañan a los papás y mamás que han perdido a un hijo o una hija por suicidio. Contacto: [email protected]
Fundación Todo Mejora: por medio de su chat, apoyan a niños, niñas, adolescentes y jóvenes que viven experiencias de violencia basada en su orientación sexual, identidad o expresión de género.
Hoy lanzamos los datos del Informe de la #HoraSegura, un espacio seguro de conversación por chat de @TodoMejora. 💜💛🙌
— Todo Mejora (@TodoMejora) December 10, 2020
A continuación te compartimos algunos resultados 👇🧵 pic.twitter.com/WLl9mmyp4n
Y si estás frente a una situación de riesgo vital contacta al 131 Servicio de Atención Médica de Urgencia (SAMU), o acude directamente a un Servicio de Atención Primaria de Urgencia (SAPU), Hospital o Clínica más cercano.