La Cámara de Diputadas y Diputados rechazó por 78 votos la acusación constitucional y por segunda vez el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila "sobrevivió". Pese a ello, deberá continuar su gestión bajo la presión de la oposición que continúa solicitando su salida y enfrentando los desafíos propios de la cartera
Fue en marzo del presente año, cuando el presidente Gabriel Boric llevó a cabo el segundo cambio de gabinete de su gestión, y "contra todo pronóstico", el secretario de Estado se mantuvo en el cargo.
Pues, en aquel entonces, el ministro Ávila era duramente criticado por su desempeño en Educación y también por su fuerte discusión con la diputada Viviana Delgado, lo que provocó un quiebre con el Partido Ecologista Verde.
"No vamos a conversar con el Gobierno, no le vamos a atender el teléfono mientras el ministro siga como ministro", señaló en ese momento, Félix González, diputado y secretario general del FPVA.
Tras la pelea, la parlamentaria sufrió una descompensación y el propio ministro tuvo que pedir disculpas. "Ambos tuvimos una discusión acalorada, respecto del punto en particular sobre el cómo estaba siendo tratada la situación de un establecimiento. Yo ofrecí los antecedentes y ambos lo que hicimos fue, probablemente, no llegar a un acuerdo", explicó el secretario de Estado.
"Esto fue más bien un malentendido, vuelvo a reiterar y ofrecer las disculpas correspondientes, no es la forma en que yo me relaciono con la gente", zanjó Ávila.
Y ahora, pese a ser rechazada la acusación constitucional en su contra, el titular de Mineduc deberá continuar a la cabeza de Educación bajo las fuertes críticas de la oposición y de los gremios del sector, quienes insisten en que su gestión "no ha cumplido con las expectiva" e incluso piden su salida.
Los desafíos de Ávila
La votación de la acusación constitucional contra Ávila fue rechazada por 78 votos. Entre los partidos que consideraban que el libelo "no se justificaba" estaba Evópoli.
Si bien esto generó la molestia en algunos diputados de Chile Vamos, desde la bancada de la tienda en cuestión argumentaron que su decisión se basó en que no habían antecedentes que constituyeran alguna infracción por parte del secretario de Estado.
Sin embargo, desde Evópoli señalaron que Ávila debe salir de la cartera.
"No había nada que constituyera, bajo nuestro punto de vista, una infracción para que acusáramos constitucionalmente al ministro. Dicho lo anterior, y tal como se lo señalé en la sala, de frente al propio ministro, es por cierto el ministro más malo en la historia de Chile en materia de Educación", aseveró Francisco Undurraga, diputado y jefe de bancada Evópoli, en conversación con Canal 24 Horas.
"Encontramos que ha sido un pésimo ministro, que ha dejado de lado la educación, que hay que volver a poner en el foco a los niños. Todas las mediciones nacionales e internacionales que se han hecho en relación a la calidad académica y cómo los niños están aprendiendo, indudablemente es mala", prosiguió.
En esa línea, el parlamentario comentó que desde Evópoli le han solicitado al presidente Gabriel Boric que, "ajeno al resultado de la acusación, de verdad se comprometa con la educación de Chile y le pida al ministro dar un paso al costado".
Por su parte, el presidente del Colegio de Profesoras y Profesores de la Región Metropolitana, Mario Aguilar, aseguró que el rechazo al libelo es "buena noticia". "Si se hubiese aprobado una acusación con una motivación homofóbica tan brutal como se pretendía, hubiésemos tenido una regresión de décadas", sostuvo.
No obstante, el líder gremial criticó la gestión Ávila, argumentando que "en nuestra opinión no ha estado a la altura de las expectativas que se generó con la llegada de un profesor al Ministro de Educación".
"Esto nos permite decirle al ministro de Educación que hay muchos temas pendientes, hay mucho por lo que trabajar, hay que acelerar el tranco y los profesores y profesoras estamos muy insatisfechos con una gestión que no ha cumplicado con las expectativas con la llegada a este nuevo ministerio", criticó.
Con todo, la autoridad deberá seguir su gestión bajo la presión de la oposición que continuará insistiendo en su salida, y enfrentando los desafíos propios de la cartera, tales como los problemas de infraestructura y la reparación a la deuda histórica con los docentes, principales promesas realizadas por el Gobierno, en materia de educación.