La subsecretaria de Salud Pública, Andrea Albagli, confirmó este jueves que existe una alta probabilidad que este próximo 31 de agosto se ponga fin, de manera definitiva, a la alerta sanitaria por los virus respiratorios y por el COVID-19.
En conversación con radio ADN, la secretaria de Estado sostuvo que "el escenario actual indica que efectivamente se va a terminar la alerta sanitaria, no va a haber una renovación".
Si bien la autoridad de Gobierno reconoció que en los últimos días se ha detectado un aumento de la circulación viral, anticipó que "tendría que pasar algo muy inesperado para que sea necesario" renovar la alerta.
"Entonces, hoy día todo apunta a que efectivamente el 31 de agosto finaliza la alerta sanitaria que ya no es solamente por COVID-19. Comenzó por COVID-19, pero este año en preparación al invierno, la modificamos para incorporar en esa misma alerta sanitaria, la alerta por gripe aviar y también por los virus respiratorios de invierno", explicó.
De esta forma, y acorde con lo mencionado por la subsecretaria, sólo seguirá vigente la alerta sanitaria por la gripe aviar.
¿Qué implica el fin de la alerta sanitaria?
El pasado 7 de febrero de 2020, a casi un mes de la primera muerte por COVID-19 confirmada en Chile, el ministro de Salud de ese entonces, Jaime Mañalich, decretó alerta sanitaria en el marco de la Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional anunciada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta medida permite contratar personal directamente, sin cumplir con los requisitos exigidos en el código sanitario. Por ejemplo, se establece la posibilidad de incorporar a exfuncionarios de salud, a estudiantes de último año de Medicina, Enfermería, Obstetricia o Tecnología Médica.
Además, la alerta sanitaria autoriza la compra acelerada de insumos médicos, como ventiladores mecánicos, mescarillas, guantes e incluso vacunas, por trato directo. También, bajo esta medida, la Red Asistencial está autorizada para reasignar servicios clínicos y unidades de apoyo.
De esta forma, entre los cambios que conlleva el término de la alerta senitaria, está el fin de la obligatoriedad de la mascarilla en los establecimientos educacionales y en los recintos de salud, únicos lugares en que aún es un requisito su uso.