En Antofagasta, la comunidad educativa de un curso de cuarto medio se ha visto afectada por un lamentable incidente: la tesorera del grupo escolar admitió haberse apropiado de casi 6 millones de pesos que habían sido reunidos para financiar la fiesta de graduación y otros eventos de cierre de año. La denuncia, realizada por los apoderados afectados, ha dejado al curso sin los fondos necesarios y ha desencadenado una serie de acciones legales y emocionales para intentar remediar la situación.
Según la denunciante Nicole Ramos, madre de uno de los alumnos, todo se descubrió cuando la encargada de confeccionar las estolas y birretes del curso alertó a la presidenta de los apoderados sobre la falta de pago.
"La señora que hace las estolas la llamó y le dijo: ‘oye, ¿por qué tu tesorera no me ha pagado?’", relató Ramos, agregando que tras este primer aviso, los apoderados investigaron y descubrieron que tampoco se había pagado la reserva del local para la fiesta de gala, a pesar de haber reunido el dinero necesario.
Un esfuerzo perdido por los estudiantes y sus familias
Los apoderados habían trabajado durante meses para recaudar los fondos necesarios mediante actividades como rifas, cuotas mensuales y otras iniciativas.
Ariana Salinas, otra de las madres afectadas, contó cómo la tesorera siempre insistía en los cobros y parecía ser de confianza: "Ella cobraba todos los días, me hablaba en la mañana y en la noche sobre las cuotas", explicó. Sin embargo, a medida que el año avanzaba, las dudas empezaron a surgir.
La confianza en la tesorera se rompió cuando, tras descubrirse la situación, admitió haber gastado casi 6 millones de pesos en gastos personales, según un documento firmado por ella misma y presentado por los apoderados como prueba. La misma tesorera incluso firmó un acta de compromiso para devolver el dinero, pero, según Ramos, nunca cumplió con los pagos prometidos. "Se nos acabó la paciencia", comentó con frustración.
El impacto emocional del robo de dinero de un curso
Este tipo de apropiación indebida no solo afecta los recursos económicos, sino que también tiene profundas repercusiones emocionales para los estudiantes y sus familias.
"El dolor que sentí... ¡le arruinaste la vida a tu hija!", lamentó Nicole Ramos, destacando cómo la situación no solo afectó a su propio hijo, sino también al de la tesorera y a todo el curso.
Isaías Araya, uno de los estudiantes de cuarto medio, expresó su decepción: "Siempre tenía expectativas altas para la fiesta de graduación", comentó. A pesar de todo, él y sus compañeros han mostrado resiliencia, organizando nuevas actividades para recuperar los fondos perdidos y mantener viva la esperanza de una fiesta, aunque más modesta.
Por otro lado, el abogado Ignacio Mujica, académico de la Universidad de Chile, explicó que este tipo de casos no son tan infrecuentes en organizaciones pequeñas como comités de apoderados o tesoreros de curso, donde la falta de un control financiero riguroso permite que ocurran apropiaciones indebidas.
“Es importante que los apoderados mantengan registros claros de los movimientos de dinero, especialmente en casos como estos, donde la gestión dura un tiempo limitado”, señaló Mujica, destacando que las consecuencias legales de este tipo de delitos pueden ser graves, tanto en términos penales como en el ámbito laboral.
Una problemática nacional que afecta la educación básica y media
Este caso en Antofagasta es solo uno de muchos. En noviembre de 2022, una situación similar ocurrió en Quilpué, donde la tesorera de un curso de tercer medio fue acusada de haber dejado a los estudiantes sin su fiesta de graduación.
En Punta Arenas, una mujer fue detenida por no presentarse ante el tribunal tras ser acusada de apropiarse de 2 millones de pesos de otro curso.
Este tipo de apropiación de fondos es más común de lo que se cree. Mujica advierte que, en el caso de denuncias penales, es fundamental que los apoderados presenten pruebas como recibos y vouchers, ya que "estos antecedentes serán clave para armar un caso judicial".
Resiliencia ante la adversidad: la lucha por recuperar la fiesta de graduación
A pesar de la adversidad, los apoderados del curso en Antofagasta no han bajado los brazos. Han comenzado nuevas rifas y actividades para intentar recaudar fondos de último minuto.
"Estamos recibiendo premios y seguimos recibiendo llamados para vender números", explicó Ariana Salinas, quien tiene la esperanza de que, a pesar de todo, los estudiantes puedan disfrutar de una graduación especial.
Este tipo de situaciones, aunque dolorosas, también sacan a la luz el espíritu de colaboración y resiliencia de las comunidades escolares. "Tengo fe de que vamos a poder vender todos los números y llegar a la meta", concluyó Ramos, con la esperanza de que, aunque más modesta, la graduación de su hijo sea inolvidable.