Dos días después de que el Consejo de Defensa del Estado presentara una querella en contra de la diputada Catalina Pérez por el caso Democracia Viva, se revelaron nuevos chats de la parlamentaria con su expareja, Daniel Andrade, que serían claves para su desafuero.
Cabe recordar que ambos están siendo investigados por el traspaso de 400 millones de pesos a la fundación Democracia Viva, presidida por Andrade, por parte del Ministerio de Vivienda.
Según detalló T13, los mensajes entre ambos datan de 2022 y 2023, fechas antes y después de que se desatara el escándalo, y podrían revelar si la diputada sabía lo que ocurría con su pareja y Democracia Viva.
Los chats de Catalina Perez y Daniel Andrade
En los mensajes se lee cómo la parlamentaria, desde el 2022, estaba en conocimiento de los problemas que tenía Andrade para cerrar convenios para su organización. En esta misma línea, también se reveló su intención de ayudar a conseguir empleo en un organismo estatal.
En uno de los escritos expuestos por el medio, Pérez parece estar refiriéndose a Carlos Contreras y el posible traspaso de fondos desde el Ministerio de Vivienda: “Me llamó Carlos. Parece que pueden salir las lucas”.
Sin embargo, luego de que comienzan a ser investigados, los temas de conversación cambian y empiezan a planear una estrategia en caso de ser indagados.
Más tarde, cuando la prensa comenzó a investigar sobre las tareas de la organización, los chats mostraron una nueva preocupación: hacer que las dependencias de Democracia Viva parezcan reales y operativas.
“Dani, están apretando por el domicilio de la Ceci. Fueron a grabar afuera y todo. ¿Has hablado con ella? Creo que deberían, si es que no han ido a grabar, ponerle un logotipo de Democracia Viva en la puerta, que haya una oficina habilitada dentro de la casa, cosas así (...) Onda que para cuando golpeen la puerta alguien abra y diga que sí, que ahí trabaja la fundación. Que no es un lugar para recibir personas, sino solo una oficina de trabajo. Váyanse para allá y ambienten”, expresó la diputada.
“Es más importante ir al centro a sacar los stickers, llevar papeles para que parezca un lugar de trabajo, esas cosas. Es obvia la nota con la cámara prendida donde van y dicen: ‘Miren, aquí supuestamente trabaja la fundación. A ver, vamos a golpear... ¡Hola! ¿Aquí funciona Democracia Viva?’ Sale una persona y dice: ‘¡Nooo, jamás lo he escuchado!’ y cagamos”, contó.