Un total de 67 mujeres privadas de libertad fueron parte de un operativo de mamografías que se realizó en el Centro Penitenciario Femenino (CPF) de Santiago, en la comuna de San Joaquín.
Las internas fueron trasladadas desde el Centro Penitenciario de San Miguel para recibir esta importante atención de salud al interior de la Clínica Móvil de Fundación Arturo López Pérez (FALP).
La iniciativa se desarrolló entre el viernes 10 y lunes 13 de enero, desde las 9:00 hasta las 14:00 horas, y benefició a mujeres entre 40 y 63 años. Muchas de las participantes nunca se habían realizado este examen, por lo que valoraron la oportunidad: "Estamos muy agradecidas por esta preocupación hacia nosotras, la verdad es que nunca me había hecho una mamografía. Es importante toda la información que recibimos, ya que yo no sabía mucho del tema", comentó una de las reclusas.
En ese sentido, Bernardita Vittini, Gerente de Prevención y Detección Precoz del Cáncer de FALP, aseguró: “Trabajamos para otorgar un acceso equitativo a nuestras Clínicas Móviles y las mujeres privadas de libertad son un grupo que enfrenta importantes barreras para recibir atención médica oportuna. El compromiso de FALP responde a la misión fundacional de prevenir y detectar precozmente el cáncer, asegurando que todas las mujeres, independientemente de su contexto, tengan acceso a una atención digna, oportuna y de calidad”.
Además, Vittini resaltó el trabajo colaborativo para llevar a cabo esta iniciativa: “Extender nuestra labor preventiva a estos sectores de la población requiere del compromiso y trabajo mancomunado de múltiples actores. Este tipo de operativos no solo reflejan nuestra responsabilidad institucional, sino también en el deseo y compromiso de muchos por aportar en la construcción de una sociedad más justa y saludable”, agregó.
Asimismo, la alcaide (s) del CPF Santiago, teniente coronel Nancy Valenzuela, destacó la relevancia de este tipo de operativos para el bienestar de las internas: “La necesidad de realizar este tipo de operativos es ayudar a la salud de las privadas de libertad y pesquisar cualquier indicio de anormalidades. Para este grupo de mujeres es difícil acceder a esta atención, por lo que es nuestro deber ofrecer la instancia y asegurarles el mismo acceso que las personas en libertad”.