Durante tres días en pleno Cerro Chena, en la comuna de San Bernardo, una tecnología de alta punta trabajó para dar con osamentas humanas asociadas a los crímenes cometidos por la dictadura de Augusto Pinochet.
Según los registros en Chile, más 1.000 personas figuran sin paradero conocido. Por eso, el recinto militar ubicado en Cerro Chena se convierte en un lugar fundamental para encontrar las certezas que merecen cientos de familias. Cabe mencionar que en Cerro Chena llegaban todos los detenidos de las comunas de San Bernardo, Paine y Buin.
Se trata de una tecnología jamás utilizada para estos fines: su nombre es Georadar.
"Es un instrumento geofísico que emite y recibe ondas de radiofrecuencia. Emite un pulso electromagnético directo al suelo. Cuando hay un elemento que no pertenece al suelo natural, nos genera un rebote y ese rebote nos indica que hay una anomalía", explicó Rodrigo Jaque, dueño de la empresa.
Dicha máquina radar, de origen italiano, permite penetrar la tierra sin excavar y es capaz de rescatar datos de hasta cuatro metros de profundidad. Una vez revelados los resultados, éstos entregarán una imagen que puede identificar, por ejemplo, si el suelo fue removido con anterioridad.
"Aquí cuando encontramos un elemento, podemos decir que al metro y medio del punto cero y a un metro de profundidad, se encuentra una anomalía", agregó Jaque.
Al respecto, en el Cerro Chena se determinaron varios sitios de interés, donde la mayoría fue examinado por el Georadar. Un trabajo complejo para esta máquina, ya que el terreno cuenta con una geografía accidentada que complicó el paso del artefacto.
El análisis de los hallazgos podría desarrollarse a mediados del 2025.
"Es una mole que guarda mucho dolor"
Durante el proceso, 24 Horas conversó con las familias de los detenidos desaparecidos en la dictadura militar.
"Es una mole que guarda mucho dolor. De hecho, yo siempre he venido porque aquí ejecutaron a mi padre", comentó Mónica Monsalves, hija de Adiel Monsalves, ferroviario de profesión que fue sacado de su casa por militares. "Trato de buscarlo, no sé en qué parte estuvo, donde durmió, qué pensó. Si pensó en su compañera, si pensó en mí", agregó.
Al igual que Mónica, Juan Carlos Silva también busca información de su padre, Manuel Silva. Un sobreviviente que compartió cautiverio con él, le confirmó a su familia que fue ejecutado en estas dependencias del ejército.
"Cuánta gente se desapareció y nadie... Las señoras, las mamás, los maridos, se murieron esperando. Mi madre se murió esperando saber algo de mi padre", señaló Juan Carlos.