Bárbara Hernández Krumm es una bailarina profesional chilena que a sus 28 años tuvo enfrentar múltiples viajes y tocar infinidad de puertas para lograr su sueño: vivir una vida normal y que le permita trabajar en lo que estudió.
"Yo estudié en la Escuela Moderna de Música y Danza, me titulé y soy profesional. Trabajé en el Festival de Viña, en The Voice, Rojo, Talento Chileno, Vértigo y con muchos artistas, como Augusto Schuster, Luis Fonsi, Gente de Zona o Prince Royce, entre otros", contó.
Sin embargo, la joven narró a 24horas.cl cómo fue su decisión de dejar su querido Chile en búsqueda de su sueño, argumentando que la pandemia del 2020 fue la detonante.
"Yo trabajaba en muchos lugares, como en programas de televisión o casinos, y aún así me costaba mucho llegar a fin de mes. Pero en la pandemia derechamente dejé de recibir dinero. Este no es como otros trabajos, donde te pagan las licencias. Si no trabajas, no recibes dinero", manifestó.
Esta situación compleja la llevó a tomar una decisión firme: "En un momento dije basta, tengo el derecho al tiempo libre, tener un sueldo no millonario, pero que me permita pagar mis cosas. Y eso no lo podía conseguir en mi país, ya que en Chile es imposible vivir tranquilo siendo artista".
Dicho contexto la llevó a, junto a su esposo Lukas Lizama, quien también es bailarín, emprender un viaje a Europa.
Bárbara y su pareja Lukas durante un viaje a Francia
"Mi sueño es trabajar con Bad Bunny o Karol G"
Hernández, luego de postular y lograr audiciones en compañías de baile en Europa, logró viajar a Italia en 2021 cuando la apertura de fronteras le permitieron dejar Chile.
Allí, estuvo hasta el 2023, decidiendo dejar el país de la bota debido a los retrasos en pagos de sueldos.
Fue así como la pareja llegó a República Checa, específicamente a su capital Praga, donde "doy clases y trabajo en una compañía latina de baile".
Pese a reconocer que "acá todo es perfecto y funciona bien, yo tengo un sueño que me persigue. Extraño mucho trabajar en televisión y con grandes artistas. Lamentablemente, eso no está en Europa, sino que en otra parte: Estados Unidos".
"Acá en Praga tengo mi visa de largo término, pero es una transición hacia Estados Unidos. Cuando era más chica mi sueño era bailar con Beyoncé, pero ahora mi sueño es trabajar con Bad Bunny, Karol G o Young Miko", destacó.
Para ello, Bárbara requiere obtener una visa que le permita establecerse en Norteamérica, proceso largo, costoso "y por el cual me piden un montón de requisitos".
Consciente de que esto implicaría tener una relación a distancia con su esposo, "para lo cual ya decidimos que viajaríamos hasta que, en un par de años, decidamos volver a vivir juntos, Bárbara destacó que "todas mis decisiones las tomo sabiendo de los posibles riesgos y cosas que ganaría".
"Que haya trabajado con grandes exponentes no es porque sea necesariamente la mejor bailarina, sino por tener los planes bien hechos", complementó.
"En Latinoamérica todos tenemos dolores compartidos"
"Yo tengo muchos dolores personales, pero en Latinoamérica hay muchos dolores comunitarios". Con esa frase, Bárbara explicó las razones para crear 'Hijos de la dictadura', una obra que fue presentada en Italia, pero que en 2025 espera reestrenar en Praga.
La experta sostuvo que la trama no trata de ir contra la izquierda o derecha política, sino en los dolores que debe enfrentar la gente en Latinoamérica.
"Yo tengo una historia de vida muy compleja a nivel personal. Tuve que ver toda mi vida y carrera sola, nunca tuve un soporte ni recibí apoyo. Me fui sola de Chile y no por gusto, sino porque no tenía cómo crecer. Pero esto no es solo mío, ya que en Latinoamérica siento que hay un dolor comunitario. Es dificíl para la gente no tener comida en Cuba, no poder sacar a Maduro de Venezuela o ver en Argentina a Milei con una motosierra acortando los presupeustos y recursos", afirmó.
Para Bárbara, "esta es una obra muy hermosa, donde la gente ha terminado llorando porque, en el fondo, todos tenemos estos dolores internos. Latinoamérica es un pueblo que vive muy dañado".