El arzobispo de Santiago, monseñor Fernando Chomalí, entregó un mensaje de unidad en el marco del Te Deum Ecuménico 2024 y afirmó que "Chile no se caerá a pedazos, como algunos pueden creer o vaticinar".
Desde la Catedral Metropolitana de Santiago, en la región Metropolitana, el arzobispo de Santiago comentó que "lo primero que me surge como chileno en este día es una mirada agradecida de todo cuanto Dios nos ha regalado y de poder transmitir esperanza en el futuro".
En este sentido, agradeció por "toda la hermosa naturaleza y por los recursos naturales de los que nos ha dotado, pero sobre todo gracias por cada uno de los habitantes de esta tierra. Y también esperanza, sí, esperanza al conocer historias de rostros concretos que conmueven".
"Tanta esperanza hay gracias a los millones de padres y madres que se levantan cada mañana a trabajar para darles un mejor porvenir a sus hijos. Gracias a los trabajadores de nuestro país que de manera silenciosa y eficaz construyen la patria", continuó.
Asimismo, dijo que "tanta esperanza hay gracias a miles de los jóvenes, que, padeciendo penurias económicas y algunos también mucha soledad, se esfuerzan por sacar adelante sus sueños en vistas de un futuro mejor". También valoró la labor de los profesores, los emprendedores y empresarios.
"Tanta esperanza hay gracias a las Fuerzas Armadas, que protegen nuestras fronteras y a las Fuerzas de Orden y Seguridad que están vigilantes para que los habitantes a lo largo y ancho del país volvamos a vivir tranquilos y dormir serenos", añadió.
En su discurso, la autoridad religiosa también abordó todos los asesinatos de Carabineros que se han registrado en el país. "¡Cómo duelen los carabineros que han sido cobardemente asesinados! ¡Cómo duelen!", manifestó.
A su vez, destacó a los "sacerdotes, diáconos y religiosas, así como miembros de otras iglesias que promueven el Evangelio y trabajan incansablemente, con amor y dedicación, en favor del pobre y del necesitado".
En esa misma línea, Chomalí agradeció a los "profesionales y trabajadores de la salud que, con sacrificio y desvelo, cuidan al enfermo, a pesar de tantas dificultades. Gratitud especial tenemos por aquellos que le dedican lo mejor de sí a atender en los consultorios públicos, dentro de ellos a los profesionales extranjeros que con su calidad humana y profesional enriquecen nuestra tierra y dan alivio a los más necesitados".
"Bienaventurados todos los que he nombrado, y cada habitante de esta tierra, nos diría el Señor, porque con su trabajo diario han ido tejiendo y están tejiendo un Chile mejor, más bello y próspero, más justo y pacífico", dijo en la instancia.
"Chile no se caerá a pedazos"
En ese contexto, explicó que "esta mirada agradecida, nos permite, incluso en medio de la oscuridad, descubrir que siempre hay un rayo de luz, que proviene de Jesús, nuestra esperanza, otorgándonos la capacidad de poder iluminar el futuro con amor y sabiduría y esperanza".
"Por todo lo ya expresado, Chile no se caerá a pedazos, como algunos pueden creer o vaticinar. Frente a la adversidad brota en el pueblo de Chile un corazón agradecido por esta patria maravillosa donde habitan casi 18 millones de compatriotas junto a un buen número de extranjeros que la enriquecen, de quienes también estamos agradecidos y para los que esperamos reconocimiento a pleno título", fueron parte de sus dichos.
Llamado a un acuerdo nacional
Durante el Te Deum Ecuménico 2024, el monseñor Fernando Chomalí abordó la crisis que se vive en términos de seguridad y corrupción, e hizo un llamado a un "gran acuerdo nacional".
"Ha sido doloroso para los chilenos ver como la corrupción se ha ido enseñoreando de lugares que por su naturaleza debiesen ser intachables. El pueblo de Chile está escandalizado al ver tanta avaricia y ansias de poder que no trepidan en sobornar, en valerse del cohecho para lograr sus objetivos, y en el tráfico de influencias. Qué daño a la fe pública, a la democracia, al Estado de Derecho le hacen los escándalos de corrupción y abusos de toda índole que vemos día a día", manifestó.
"Duele que personas con poder en vez de servir a Chile se han servido de Chile y claramente han perjudicado a los más pobres. No es el momento de solistas, de individualismos, de frases grandilocuentes ni de recriminaciones mutuas. Este es el momento de la humildad y la grandeza para actuar y que vuelva a ser un orgullo trabajar en el Estado y ser funcionario público", complementó.
Finalmente invitó "a que se piense en la posibilidad de un gran acuerdo nacional donde todos quienes tenemos responsabilidades en el país -públicas y privadas- nos escuchemos y dialoguemos. La seguridad no es un tema meramente político, sino que es también ético, anterior a cualquier otro asunto. No puede ser una moneda de cambio para ser negociada por una ley u otra concesión. No hay desarrollo posible, ni una auténtica democracia en un país violento y con gérmenes de corrupción".