Alejandra Serey, doctora en geología y académica del Instituto de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad de O'Higgins, analizó el presente y futuro del país en materia de temblores, considerando la situación actual e histórica de ciertas áreas, asegurando que hoy en día existen "advertencias sísmicas".
De acuerdo a la experta, considerando la zona del norte gran y chico de Chile, podrían haber condiciones que den luces de posibles eventos mayores.
"Estamos en presencia de advertencias sísmicas, y a la espera de un terremoto de gran magnitud de entre 8.0 y 8.4, y con el que se pueden generar tsunamis", afirmó, respecto de los últimos sismos en Iquique y Mejillones.
Asimismo, Serey comentó que el fenómeno se caracteriza por generar "otros peligros geológicos en cascada con remociones en masa, o con deslizamientos que embalsarían algún valle, con lo cual se afectarían a gran escala estas poblaciones, tal como ocurriera en el terremoto de Valdivia de 1960, donde se alteraron los cauces de ríos, y se produjeron grandes embalsamientos".
"No estamos tan acostumbrados"
La científica enfatizó que "estos enjambres sísmicos" sucedido en el norte del país son un reflejo de temblores "a los que no estamos tan acostumbrados".
¿Por qué? La razón alude a la diferencia de los terremotos provocados entre la placa de Nazca y la placa Sudamericana, que son más conocidos por sus enormes dimensiones, además de venir acompañados de réplicas que se producen de forma sucesiva en días, meses o décadas, indicó la investigadora.
Sostuvo que, de ocurrir un terremoto de estas características, el norte del país sufriría consecuencias inmediatas, que se extenderían durante los próximos años, de tal modo que "seguiríamos sufriendo las secuelas o peligros asociados o desencadenados por este evento, cuyo momento exacto, aunque no se pueda predecir, el país deberá estar preparado ante esta amenaza inminente".
Por su parte, Ricardo Fuentealba, académico del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de O'Higgins, destacó los avances y aprendizajes en la población ante la posibilidad de estos fenómenos naturales.
"Formalmente, el país ha visto un avance importante en la gestión del riesgo en los últimos años, donde se han desarrollado planes de emergencia regionales y comunales específicos, que incluyen anexos para una mejor coordinación al momento de enfrentar una emergencia ligada a amenazas de terremotos o de tsunamis, que podrían ocurrir en Arica y Parinacota, Antofagasta o Atacama", sentenció.