El tiempo en Santiago tiene particularidades que están conectadas con su propia situación geográfica y su posición en la zona centro de Chile.
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Primero, la cuenca de Santiago está rodeada de relieve montañoso. Al oriente por la Cordillera de Los Andes, al poniente por la Cordillera de la Costa, al norte por el cordón montañoso de Chacabuco y al sur por los cerros de Paine, generando características propias de continentalidad al estar alejado y "bloqueado" del efecto del mar, según señala la Biblioteca del Congreso Nacional.
Por otro lado, su posición en la zona centro de Chile le da a Santiago una irregularidad en las precipitaciones. Esto debido a que pueden haber años muy lluviosos, como también muy secos. Desde el punto de vista climático, la región Metropolitana posee un clima mediterráneo, nombre que obtiene por la similitud climática con la zona del mediterráneo europeo.
A pesar de sus condiciones de cierto aislamiento, Santiago de Chile no ha estado exento de cambios significativos en las últimas décadas. Desde altas temperaturas extremas en verano hasta días fríos y lluviosos en invierno, el clima en la capital chilena puede ser impredecible en ciertas épocas del año.
El tiempo en Santiago de Chile en verano
Durante los meses de verano, que van desde diciembre a febrero, las temperaturas en Santiago de Chile pueden ser muy altas, alcanzando los 35 grados Celsius en algunos días, e incluso superando ese umbral durante los últimos años, acercándose a los 40 de máxima, según información de la Dirección Meteorológica de Chile.
La humedad es baja durante esta temporada, lo que hace que el clima sea muy seco. En los últimos años, la ciudad ha experimentado un aumento en las temperaturas debido al cambio climático, lo que ha llevado a que los días de calor sean aún más intensos e, incluso, que las altas temperaturas se extiendan hasta marzo o abril.
El tiempo en Santiago en invierno
En invierno, de junio a agosto, las temperaturas en Santiago de Chile oscilan entre los 3 y 15 grados Celsius, y la ciudad experimenta días nublados y lluviosos durante esta temporada.
En este periodo, en general, la Cordillera de Los Andes se cubre de nieve, creando un hermoso paisaje invernal.
Sin embargo, el clima ha sido cada vez más impredecible en los últimos años, y la ciudad, al igual que el resto del país, ha experimentado menos precipitaciones en promedio, lo que ha afectado a la agricultura y la producción de alimentos, además del turismo en la zona, caracterizado por extensos periodos de apertura de pistas para hacer deportes de nieve que se han ido acortando en los últimos años.
La evolución del clima en Santiago en este siglo
En las últimas décadas, el cambio climático ha tenido un impacto significativo en el clima de Santiago de Chile.
Según el informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la temperatura promedio de la región central de Chile, que incluye Santiago, ha aumentado cerca de 1,5 grados Celsius en el último siglo.
Esto, justamente, habría llevado a un aumento en las olas de calor y la sequía, lo que ha afectado tanto a la salud de las personas como a la producción de alimentos.
De hecho, el país atraviesa un periodo de al menos una década de sequía en gran parte del territorio.
Investigador por fenómeno de El Niño: "No es cierto que vaya a producir un aumento considerable en las precipitaciones"
Científicos alertan que actualmente se está formando un potente fenómeno El Niño, en el que los océanos del mundo han alcanzado una temperatura máxima récord.
Esta situación podría traer graves consecuencias para el planeta. El investigador Francisco Zambrano, del Centro de Observación de la Tierra Hémera y director del Observatorio de la sequía para la agricultura y la biodiversidad de Chile, detalló las implicancias en una entrevista con Canal 24 Horas el pasado 23 de mayo 2023.
Inundaciones en Europa: ¿podrían repetirse en Chile este invierno?
Países de Europa como Italia y España han sido protagonistas de los portales de noticias más importantes del mundo durante el último tiempo, tormentas e inundaciones han afectado a varias regiones de estos países, dejando cientos de afectados.
Estos hechos han dejado graves daños a la población, una situación extrema que llega luego de otro acontecimiento meteorológico, la sequía.
Pero, ¿a qué se debe esto?, ¿podría ocurrir en Chile algo similar? Aunque muchas veces podemos asociar esto con el cambio climático. Conoce más información a continuación.
¿Es el cambio climático el responsable de las fuertes lluvias y tormentas?
De acuerdo con el académico del Departamento de Geografía de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, Pablo Sarricolea Espinoza, este tipo de eventos en la zona “no son producto del cambio climático”.
“Esa región de Italia acostumbra a tener eventos conocidos como inundaciones repentinas (Flash Flood), que son de origen meteorológico y que poseen una cierta periodicidad o tasa de retorno. No son producto del cambio climático, pero su frecuencia e intensidad podría (luego de estudio de atribución) estar relacionada en un porcentaje importante con el cambio climático", señala Sarricolea.
Sin embargo, según Roberto Rondanelli, académico del Departamento de Geofísica de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile y también investigador del (CR)2:
“El cambio climático está presente, tenemos un aumento de la temperatura respecto de las condiciones preindustriales,que ya está cerca de 1,2 / 1,3 grados, acercándose al 1,5, al famoso umbral, y ese aumento de temperatura efectivamente hace más probable estos eventos de precipitación extrema como los que se han visto en Italia, porque básicamente el hecho de tener más agua dando vueltas en la atmósfera del planeta hace que la lluvia ocurra de manera más eficiente, por decirlo de alguna forma. Entonces, al volverse más eficiente la lluvia, cae una cantidad grande de agua en poco tiempo y eso es consecuencia del calentamiento global”.
¿Podría Chile pasar de sequías a lluvias extremas?
El profesor Pablo Sarricolea menciona que a pesar de esto pueda parecer difícil para algunos, "podríamos llegar a montos levemente inferiores, pero igualmente amenazantes”.
"El tema es en cuánto tiempo se puede concentrar esa lluvia, pues si fuera en muy pocas horas y en zonas productivas o urbanas, las consecuencias serían preocupantes. Además, recordemos que este año se prevé El Niño en los meses de invierno”, señala poniendo como ejemplo a Santiago y Valparaíso.
En conclusión, las tendencias van variando, pero cada vez se van poniendo más extremas, es decir, "cuando haya un invierno seco, realmente va a ser muy seco" y "cada vez que haya una sequía, la sequía probablemente va a ser más extrema".
BBC: Qué son las ondas Kelvin detectadas por la NASA en el Pacífico y por qué se utilizan para pronosticar el fenómeno de El Niño
Los científicos que estudian el clima han estado advirtiendo desde hace meses sobre la posible formación del fenómeno de El Niño durante el verano boreal, dadas las condiciones actuales en el Océano Pacífico.
La última vez que se formó El Niño fue en 2016 y sus efectos se dejaron sentir en todo el mundo, contribuyendo al aumento récord de las temperaturas globales, a la pérdida de bosques tropicales, al blanqueamiento de corales y al deshielo polar.
La posibilidad de que en los próximos meses se forme un Niño potente preocupa a los científicos, en un contexto en el que se ha detectado un calentamiento "brusco e inesperado" de los océanos.
Todo esto, en conjunto, podría llevar la temperatura global a niveles récord entre 2023 y 2024.
Para predecir el fenómeno de El Niño, los científicos miden diversos factores, como la velocidad de los vientos alisios y las temperaturas de las aguas de los océanos, tanto en la superficie como en las profundidades.
Además, los científicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) de la NASA usan imágenes satelitales para estudiar las llamadas ondas Kelvin, y así poder predecir con mayor certeza las probabilidades de que se genere El Niño.
"Cuando medimos los niveles del mar usando altímetros en el espacio", dijo Nadya Vinogradova Shiffer, científica del programa Sentinel-6 de la NASA en un comunicado, "no solo vemos la forma y altura del agua, sino el movimiento de ondas como las Kelvin".
Pero, ¿qué son esas ondas que han detectado en las últimas semanas los expertos de la NASA y por qué las usan para predecir fenómenos como El Niño?
Las ondas Kelvin
Las olas que ves cuando vas a la playa se producen por la presión que ejerce la atmósfera sobre el agua: los aumentos en la presión hacen que el agua de la superficie se comprima y se expanda. En ese ir y venir, se crean las olas.
Durante ese movimiento ondulatorio, las aguas cálidas de la superficie se mezclan con el agua más fría de las profundidades, creando las corrientes.
Las ondas Kelvin -descubiertas en 1879 por William Thompson, conocido después como Lord Kelvin-, siguen el mismo principio.
Según explica el JPL, las ondas Kelvin tienen aproximadamente entre 5 y 10 centímetros de altura en la superficie del océano y cientos de kilómetros de ancho, y se mueven de oeste a este.
Cuando se forman en el ecuador, como se ha detectado en las últimas semanas, las ondas de Kelvin llevan el agua cálida, que se asocia con niveles más altos del mar, desde el Pacífico occidental hasta el Pacífico oriental, hacia la costa oeste de Sudamérica.
Las ondas Kelvin que comienzan en la primavera boreal se consideran como precursoras de El Niño, fenómeno que se caracteriza por niveles del mar más altos y temperaturas oceánicas más cálidas que el promedio a lo largo de las costas occidentales de las Américas.
Ondas Kelvin y El Niño
Al haber mayor calor en esas aguas, hay mayor evaporación, y al haber mayor evaporación, hay mayores precipitaciones y eventos climáticos extremos.
"Las ondas Kelvin son algo que usualmente vemos como un precursor de El Niño", le cuenta a BBC Mundo el investigador de la NASA Josh Willis.
"Ha habido varios eventos de El Niño históricos en los últimos años (1996-1997, 2015-2016) y en todos se han visto ondas Kelvin antes de que ocurrieran".
A través las imágenes satelitales, los científicos pueden tener una idea visual más clara de cómo se distribuyen las temperaturas en el Pacífico.
Y potencialmente, de cuán intenso será El Niño que se está formando.
"Creo que es mucho más factible que tengamos El Niño este año, a que no lo tengamos", dice Willis, "pero si es uno grande o pequeño, es algo que tendremos que esperar para saberlo".
Lo que sí se puede decir con certeza es que con el aumento de las temperaturas globales a causa del cambio climático, cualquier aumento adicional como el que puede traer El Niño, tendrá consecuencias significativas.
"Los datos satelitales del periodo entre marzo y abril, mostraban que para el 24 de abril, las ondas Kelvin habían acumulado mayores niveles de aguas más cálidas en las costas de Perú, Ecuador y Colombia", dijo el JPL en su comunicado.
Estos datos se vieron reflejados, por ejemplo, en los aumentos históricos en temperaturas que Perú reportó durante el mes de abril.