Su nombre es "Lázaro" y protagoniza una historia que alegra pero al mismo tiempo sorprende a veterinarios y amantes de los animales.
Como detalla Milenio.com, este perro -de raza mixta- fue atropellado y su suerte parecía estar sellada: debía morir sacrificado. Previamente, y para evitar esta sentencia, voluntarios del refugio donde estaba el can le buscaron una familia, pero sin éxito.
Hasta ahora, no se sabe el nombre del veterinario que colocó la inyección pero Wanda Snell, una de las testigos del momento, asegura que el procedimiento para acabar con la vida del perro se realizó correctamente.
Tras ser inyectado con la sustancia química de rigor, el perro realizó algunos movimientos para luego permanecer quieto, siendo dado por muerto y depositado en una jaula, aunque la sorpresa mayor llegó a la mañana siguiente, ya que sin explicación aparente, este ejemplar comenzó a caminar y tomar agua normalmente.
La historia fue ampliamente difundida en las redes sociales, lo que permitió que "Lázaro" fuera finalmente adoptado.
Foto: Reproducción - Milenio.com.