Una persona camina por la calle seguida de decenas de conejos. Los pequeños animales se agolpan a su lado, como si fueran palomas, esperando algo de comer.
Esta sorprendente imagen tiene una explicación. Fue captada en Okunoshima, una isla japonesa conocida popularmente como la “Isla Conejo”, por una sencilla razón: está llena de estos tiernos mamíferos.
A los turistas les encanta alimentarlos y jugar con ellos, como la protagonista del video, que es perseguida por decenas de conejos hambrientos. Aunque la escena está lejos de ser terrorífica, más bien es adorable.
Al parecer, según relata The Huffington Post, durante la II Guerra Mundial, el ejército nipón llevó a la isla ocho conejos, que fueron utilizados para probar los efectos del gas mostaza. Cuando al terminar el conflicto, la isla fue abandonada, los conejos se multiplicaron y se hicieron sus principales habitantes.
No se sabe cuántos conejos hay en la isla exactamente. Cientos, miles, que se mueven con total libertad por el lugar.
La isla es hoy en día un atractivo turístico, aunque algunos expertos aseguran que no es totalmente segura, ya que nunca ha sido descontaminada de los químicos y gases que en ella se usaron durante años.
En Okunoshima, además, existe un museo sobre el gas y se pueden ver todavía las ruinas de aquellos centros de investigación del ejército japonés que fabricaba los poderosos venenos como arma de guerra.