Un grupo de científicos liderado por Joh Denninger, un investigador del Instituto Benson-Henry del Hospital de Massachusetts, descubrió que las prácticas que fortalecen el vínculo entre la mente y el cuerpo, como el yoga, se relacionan directamente con nuestros genes del sistema inmune.
Con diversos métodos tecnológicos, los especialistas lograron detectar en detalle los cambios fisiológicos que se producen en el organismo cuando se practica yoga.
"Los procesos que se producen cuando se medita tienen efectos en todo el cuerpo, y no sólo en el cerebro' señaló Denninger al sitio Bloomberg, en declaraciones que son reproducidas por el portal RT.
Entre los hallazgos, prevalecen las consecuencias positivas de estas prácticas como el mejoramiento de la expresión genética lo que se traduce en un adormecimiento del envejecimiento y en una carga de energía.
Asimismo, se descubrió que el yoga ayuda al metabolismo y a la secreción de insulina, reduce el estrés y combate enfermedades como la hipertensión y la depresión.