En Chile el cáncer gástrico constituye la primera causa de muerte por tumores malignos en hombres y mujeres, ocasionando el fallecimiento de aproximadamente tres mil personas al año. Su incidencia es la más alta en el mundo, junto con Japón, Costa Rica y Singapur.
Ante esta preocupación, el Dr. Andrew Quest, científico del grupo Cemc/Nemesis, está investigando sus causas, con miras a desarrollar un medicamento preventivo que permitirá inhibir una enzima posiblemente asociada a la aparición de este mal.
Este tratamiento, se orienta a un uso específico en población de riesgo, que además ha sido infectada por la bacteria Helicobacter pylori, la cual se encuentra presente en el 80% de los chilenos. Sin embargo, “sólo en el 1% de estas personas, se generan condiciones inflamatorias y daños que conllevan al cáncer gástrico”, señala el Doctor en Ciencias Biológicas.
Dicho fenómeno, en que la aparición de esta bacteria en el estómago ocasiona problemas severos, se debe, según explica el científico, a la pérdida de una importante proteína llamada survivina, en el epitelio gástrico –aquella capa que protege el estómago- normal. “Mediante experimentos en líneas celulares y el análisis de tejidos de pacientes observamos que esta disminución de la proteína se relacionaba con muerte celular, daño y lesiones en el epitelio”, comenta el bioquímico.
A raíz de esto, los científicos de Nemesis decidieron indagar en las causas que llevan a la disminución de survivina, descubriendo que ésta se debía a la acción de la enzima GGT, un factor de virulencia de la bacteria Helicobacter pylori. Al respecto, Quest indica que esos factores de virulencia hacen que la bacteria sea más agresiva y se genere mayor probabilidad de desarrollar cáncer.
Medicamento preventivo
Ante este escenario, la nueva terapia a desarrollar, se focaliza en poder inhibir esta enzima secretada por la bacteria. El medicamento que se propone desarrollar en el futuro, utilizará la nanotecnología y actuará a nivel del epitelio gástrico, teniendo efectos a nivel a local y sin afectar otras zonas del organismo.
“Bajo indicación médica, la idea sería que ante una infección con Helicobacter pylori, y de acuerdo al daño producido, uno pudiera tomar este medicamento vía oral o simplemente como un jarabe, a fin de reducir la actividad de esta enzima y así no tener efectos nocivos. Sería una terapia preventiva, no cuando hay un tumor”, explica el académico de la Universidad de Chile.
Patología agresiva
Las investigaciones, desarrolladas desde hace una década, también cuentan con el apoyo de otros especialistas, entre ellos, el Dr. Héctor Toledo, microbiólogo de la Universidad de Chile, y Dr. Alejandro Corbalán, patólogo de la Universidad Católica. En conjunto se han enfocado en comprender la relación del cáncer gástrico con diversas proteínas, e identificar marcadores que puedan ayudar a un diagnóstico precoz.
La preocupación de doctor Quest por este tema, también se funda en la alta agresividad y mortalidad que tiene esta enfermedad, la que además, no es fácil de detectar. “El cáncer gástrico se presenta generalmente, de forma asintomática, y el gran problema es que cuando la gente llega a consultar un médico, el tumor es muy grande y con alto riesgo de metástasis. En fase tardía ahí aparecen molestias, sangramiento u otras manifestaciones. Por esta razón, si logramos eliminar los efectos dañinos de la bacteria, estamos contribuyendo con prevención, en un porcentaje de la población”.
En relación a las causas de esta patología, el profesional comenta que sólo un 5% o menos es de origen genético -asociado al tipo difuso de cáncer gástrico-, mientras que el resto tiene causas más bien indeterminadas. Sin embargo, se ha explorado que factores sociales, alimenticios o la exposición a ciertos factores ambientales, podría tener incidencia en su desarrollo. Respecto de los actuales tratamientos, los pacientes suelen someterse a sesiones de quimioterapia, radioterapia, cirugía y terapias moleculares, todo lo cual puede resultar efectivo, pero más bien en etapas tempranas del tumor, situación que ocurre en aproximadamente el 15% de los pacientes.