Para el ser humano, muchas veces es difícil identificar alguna enfermedad o trastorno, ya que no sabemos explicar el origen de nuestro dolor o no hacemos casos a las señales que nos entrega nuestro cuerpo. En animales la dificultad es mayor, puesto que no pueden contarnos qué es lo que les pasa ni pueden expresar correctamente su dolor.
Hay enfermedades que entregan signos visibles para el amo: hinchazón, secreciones o signos en la piel, sin embargo, enfermedades como la cistitis se vuelven un padecimiento silencioso, en el que el amo debe estar muy atento a los síntomas que puede presentar el gato.
“La cistitis es un trastorno inflamatorio no infeccioso en el que intervienen factores psicológicos y neuroendocrinos, y en el que se observan anomalías en la vejiga", explica Viviana Estadella, Médico Veterinario de Royal Canin.
La experta también señala que "existen factores físicos que pueden crear una predisposición a sufrirla o factores sicológicos, como que el felino habite en un ambiente estresante. Esto se debe a que, ante situaciones de estrés, el gato libera cortisol, el que si se mantiene en el tiempo logra inflamar la pared vesical y la de la uretra. Este proceso, al ser aséptico, no presenta una infección sino sólo una inflamación, la que no se puede tratar con antibióticos porque no hay bacterias”, indica Estadella.
¿A qué debo poner atención?
Esta enfermedad afecta tanto a machos como a hembras y se caracteriza por periodos de remisión y recaídas. Si bien es particularmente dolorosa y el gato que la padece muestra algunas señales, es difícil de diagnosticar.
Se debe prestar mucha atención si nuestro gato acude recurrentemente a su caja de arena y finalmente orina en pequeñas cantidades, si se esfuerza mucho para orinar y emite maullidos constantes, si los lamidos a la zona genital son más frecuentes o si presenta sangre en la orina.
Se estima que los gatos que viven en un entorno más estresante tienen mayor predisposición a sufrir cistitis, entre los que se cuentan a los que no tienen acceso al exterior, a los que tienen sobrepeso, los que alimentan exclusivamente de dieta seca y consumen poco agua, no cuentan con un arenal adecuado y no realizan ningún tipo de actividad física o juego, entre otros factores.
“Una vez que el felino es diagnosticado es necesario ser constante con el tratamiento y entregarle una alimentación adecuada, ya que la cistitis se puede presentar varias veces en el transcurso de su vida. Para gatos que suelen estar en constante estrés existen alimentos formulados especialmente para que se disminuya el estrés y la ansiedad, como Calm de Royal Canin, que cuenta con componentes naturales que actúan a nivel neuronal disminuyendo su nivel de actividad y reflejando un gato más tranquilo”, recomienda Viviana Estadella.
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